Mujeres en el Ejército: tres décadas abriendo puertas en las fuerzas armadas mexicanas

Desde 1934 ingresaron por primera vez mujeres a las Fuerzas Armadas, con el tiempo se han abierto ya todos los espacios para ellas, y es precisamente gracias a las militares y navales que dejaron las puertas abiertas para las nuevas generaciones.

(Especial)
Ciudad de México /

Se adiestraron, entrenaron, pilotearon y navegaron en un mundo que había sido construido para varones. Son mujeres que hace más de tres décadas iniciaron un proyecto de vida en el Ejército Mexicano y en la Marina Armada de México, y que hoy ejercen el mando.

Si bien desde 1934 ingresaron por primera vez mujeres a las Fuerzas Armadas, con el tiempo se han abierto ya todos los espacios para ellas, y es precisamente gracias a las militares y navales que dejaron las puertas abiertas para las nuevas generaciones de cadetes.

Hoy por hoy, tan solo en el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos se tiene el registro de 19 mil 118 mujeres, el 10 por ciento de los elementos; en la Secretaría de Marina Armada hay 16 mil 413 mujeres, un 20 por ciento; mientras que, en la Guardia Nacional, suman 18 mil, 14 por ciento del total de la corporación.

Las entrevistadas, una con 43 años de servicio, otra con 35 y una más con 33, narran a MILENIO sus experiencias en el campo de las fuerzas armadas.

“Para mí fue un reto decir yo voy a ser la primera”

Olga Lidia Juárez fue la primera mujer enfermera y médico, comandante de pelotón de sanidad de tropas especialistas de la Fuerza Aérea en Santa Lucía, es Subdirectora técnica en la Dirección General de Sanidad. General Brigadier, una de las cuatro mujeres que cuentan con esta jerarquía en todo el Ejército.

Sus 43 años de servicio, le permiten hablar de las transformaciones que ha vivido la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para eliminar las históricas barreras de género a las que se enfrentaban las mujeres. Hoy, reconoce, que independientemente de los cambios administrativos, el principal reto está en uno mismo, en el aventurarse y decir: “yo voy a ser la primera”.

“El hecho de entrar a la escuela es un ambiente de mucha competencia y que sí realmente uno requiere tener una gran vocación por poder servir mejor a los enfermos, a nuestros pacientes, a nuestro país.
“Y logró en 1995 terminar la carrera, y de ahí doy otro salto, y me voy a la escuela, pero para ser comandante del pelotón de sanidad de tropas especialistas de la Fuerza Aérea, en la Base Aérea Militar número uno en Santa Lucía”
(Amílcar Salazar Méndez / Milenio Digital)

Como la primera mujer enfermera y médico, ¿cómo veía el machismo en los planteles militares?

“Realmente era un ambiente de mucha competencia, entre hombres y mujeres, y las reglas estaban bien puestas, en la escuela todos teníamos las mismas oportunidades, nada más que había ciertas situaciones, por ejemplo, si una se embarazaba, el mismo reglamento marcaba ‘no puedes continuar’ y el alumno se tenía que dar de baja.
“En general, teníamos las mismas posibilidades de alcanzar y de lograr los objetivos. El ambiente de la escuela no te da tiempo de pensar si te están hostigando.
“Para mí, como tenía mis objetivos bien trazados y siempre a la vista, no dejaba de visualizarme. Sí Había comentarios de personas externas de ‘no se va a graduar’, pero afortunadamente puede demostrar que sí podía lograrlo, y al contrario, esos comentarios para mi eran motivantes”.
A partir de entonces, empezaron a entrar más mujeres, y nuestra sección éramos 30, apenas la completábamos, y cuando nos dimos cuenta, mi compañía empezó a crecer, primero eran tres columnas, luego fueron seis y nueve, hasta que se completó la compañía.

¿Se veía como General Brigadier?

Honestamente no me veía, en aquel momento no había tanta apertura, y sí había oportunidad de llegar, de acuerdo con la escala jerárquica, pero la verdad no me veía como tal en aquel momento, yo estaba enfrascada en dar los primeros pasos para lograr esa parte que me hacía falta para cumplir los objetivos

¿A qué institución llegan las juventudes militares?

La voz de las nuevas generaciones, vienen muy fuerte. Son, al igual que nosotros, son mujeres de lucha, de pelea, de decir sí puedo hacer las cosas donde quiera que me pongan.
La SEDENA siguen creciendo, sigue innovando, yo la veo como un campo de innovación y de apertura en todas las áreas, y lo que se ha buscado, se está buscando es lograr un equilibrio para el empoderamiento para mujeres y hombres, buscar el equilibrio que permita desarrollarnos como personas, como lo marca nuestra Constitución.

“En el Ejército la sororidad se llama espíritu de unidad”

María Dolores Domínguez Rocha, es General Brigadier Cirujano Dentista y además es enfermera, directora de la Unidad de Especialidades Odontológicas. Con 35 años de servicio, habla desde la experiencia sobre los retos de las mujeres en una institución armada. Conoce bien lo que es la hermandad entre mujeres, y aborda temas como la sororidad, un ejercicio cotidiano en las Fuerzas Armadas.

“Para mí es un gran orgullo verme como mujer militar en este rango como General Brigadier, pero también es una gran responsabilidad porque ejercer el liderazgo requiere preparación, disciplina, recursos emocionales, una gran emoción, sentirme honrada pero también esta gran responsabilidad esta jerarquía.

(Amílcar Salazar Méndez / Milenio Digital)

¿Cómo ha sido para ti abrir puertas para las mujeres en el Ejército Mexicano?

Las puertas ya están abiertas, la gestión para que se abran las da la institución y nosotras lo que hacemos es aprovecharlas, hay toda la voluntad de la superioridad y de la institución para abrir los diferentes cursos para hombres y para mujeres.
“Yo creo que yo, una mujer hija de campesinos, si no tuviera esta oportunidad con la institución no estaría donde estoy. Sí es trabajo de cada una porque al final las oportunidades están, pero hay que tomarlas, y tienes que hacerte de las condiciones, tienes que ser perseverante, disciplinada y firme para que puedas lograrlo, y finalmente está la institución que te da apertura”.

¿Existe la ‘sororidad’ en las Fuerzas Armadas Mexicanas?

En el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos uno de nuestros valores es el espíritu de cuerpo, que ya existe desde siempre para nosotros, y que es una forma. Nosotros le llamamos el espíritu de las colectividades, es una forma de trabajar en equipo, de que te apoyes con compañera con tu compañero.
Y en este sentido, aplicamos la sororidad porque tú tienes que tener esa capacidad de apoyar a tu compañera, si es tu subordinada tienes que apoyarla, dirigirla, y si son iguales, tienes que apoyarla, prácticamente lo podemos traducir como el espíritu de cuerpo si lo trasladamos a la institución.
Es muy necesaria, porque de pronto la gente, nuestras mujeres que no conocen la institución, entonces tu… ‘no espérate, a ver esto es por acá, esto es así’ desde el uso del uniforme que parece cosa mínima.

¿Qué Secretaría de la Defensa ve hoy?

Hoy veo una institución fortalecida, veo una institución en la que las mujeres aportan a este fortalecimiento al Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.
Hay una apertura, hay un espacio, hay todos los espacios y todas las oportunidades para alcanzar cada una de las jerarquías.
A mis compañeras más jóvenes que estamos en el camino, y en la institución tienen todas las herramientas para darles la oportunidad y ayudarles.

“Pronto habrá una almirante Secretaria de Marina”

Mirna Leticia Morales Vela, es Capitán de Navío, Ingeniero naval, hoy por hoy está al frente de la dirección de reparaciones navales del astillero número 1 en Tamaulipas de la Secretaría de Marina Armada de México. Es la responsable de, literalmente, mantener a flote los buques para la defensa del mar.

Su proyecto de vida comenzó hace 33 años, ha visto una institución que se ha transformado, que sigue evolucionando, y no tiene dudas que pronto habrá una Almirante Secretaria de la Marina.

“Somos completamente iguales, tenemos las mismas capacidades, razonamos de igual forma, a lo mejor alguien tiene una forma diferente, pero llegamos a las mismas soluciones y no duda que en algún momento llegue a ver una Almirante Secretaria de marina”
(Amílcar Salazar Méndez / Milenio Digital)

¿Cómo ve a estas nuevas juventudes militares?

“Las mentalidades actuales son muy boyantes, preponderantes, y saben que pueden, anteriormente nos educaban de alguna forma más discreta, pero ahorita, A nosotras somos las madres de estas nuevas generaciones, ya no las educamos así, las educamos con la capacidad de tener su vista hacia arriba”.

En 33 años de servicio a las Fuerzas Armadas, ¿con qué se queda?

Me quedo con la satisfacción de haber sido quizá al principio… ignorada, pero demostrarle a los compañeros, a los jefes, y a la gente que viene detrás que podemos, y solo es que nosotros creamos en nosotros mismos, y eso es lo que les enseñamos a la gente que viene detrás, a los jóvenes, mujeres y hombres que tenemos las mismas capacidades, si a nosotros nos tocó vivir un momento difícil, poco a poco fuimos abriendo esas puertas y no dejarlo, porque debemos creer en nosotros mismos, debemos saber que somos gente capaz.

¿Qué Secretaría de Marina ve actualmente?

Una secretaría completamente abierta para mujeres y hombres, que no se queda con el a ver qué pasa. Es una Secretaria de Marina fuerte que ve para arriba, que está donde debe de estar y que se impone retos nuevos.

FR 



  • Amílcar Salazar Méndez

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