En Puebla, dos de cada tres mujeres; dos de cada cinco personas indígenas y dos de cada cinco habitantes con discapacidad, forman parte de la población que más está padeciendo la pobreza ante la falta de recursos para adquirir una canasta básica alimentaria.
De acuerdo con el análisis del investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Salvador Pérez Mendoza, en la zona conurbada de la capital del estado se aprecia la mayor presencia de grupos vulnerables que carecen de recursos para garantizar una mejor calidad de vida.
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En el caso de las mujeres, 35.9 por ciento se encuentra en situación de pobreza extrema y, al mismo tiempo, se enfrentan a la brecha laboral ya que, por el mismo trabajo que realizan los hombres reciben ingresos menores.
“Existe la brecha salarial que aún padecen las mujeres que entran al mercado laboral, pero que ganan menos que los hombres, ese problema no está resuelto y además hay mujeres que son jefas de familias y esta disparidad las hace más vulnerables. De hecho, 35.9 por ciento del total de la población femenina está en situación de pobreza extrema”, destaca el especialista en su análisis.
Dentro de este panorama de pobreza, entre la población originaria, conocida como indígena, 44 por ciento se encuentra en pobreza extrema, es decir, no tienen los recursos económicos suficientes para cumplir con sus necesidades básicas de alimentación, en otras palabras, no tienen dinero para comprar alimentos.
En su análisis “Urge replantear las políticas públicas y el gasto en desarrollo social porque aún no hay resultados y el rezago se mantiene”, el especialista de la máxima casa de estudios del estado resalta que 39 por ciento las personas discapacitadas, también, se encuentran en pobreza extrema, situación que representa un signo de alerta.
“El problema central del municipio de Puebla y la zona conurbada es la existencia de grupos vulnerables, como la población originaria o indígena; en términos generales, 44 por ciento, se muestra con pobreza extrema. Otro grupo son los discapacitados, de ellos el 39 por ciento también está en situación de pobreza extrema”, añade el estudio del experto.
Ante el panorama de pobreza, el investigador propuso la reorientación del tipo de gasto que se requiere para una política económica de desarrollo regional orientada a grupos mayormente vulnerables, a fin de reducir esa tendencia de crecimiento de la pobreza.
“Los gobiernos municipales deben poner especial atención en los ejes más importantes, servicios básicos: agua potable, drenaje, alcantarillado, recolección de basura; mientras que el gobierno federal, la reestructuración de políticas concretas en atención a la salud pública”, añadió,
De seguir la tendencia actual, el investigador de la BUAP alertó que, por los efectos de la pandemia, crecerá el número de pobres hacia 2030; por eso, la importancia de ajustar las políticas públicas, federales y estatales, para que incidan en la población, así como en la educación.
De acuerdo con el reporte Pobreza Laboral al Primer Trimestre de 2023, realizado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la imposibilidad de comprar una canasta básica alimentaria, pese a destinar todos los recursos económicos obtenidos, es padecida por 45.3 por ciento, es decir, casi uno de cada dos habitantes del estado de Puebla, en otras palabras, se encuentra en pobreza laboral.
AAC