Dalia y Ana María son dos mujeres que tiene una historia en común. Ambas mantienen una lucha contra el cáncer de mama, enfermedad que les cambió la vida.
Dalia Villegas es periodista de profesión. Su vida dio un giro cuando en el 2018 le fue detectada esta enfermedad.
"Enfrenté el cáncer en 2018, cáncer de mama de segundo grado", recuerda. Como parte del tratamiento, "tuve que pasar por una mastectomía radical en mi seno derecho".
"Sí es un tiempo muy difícil. Cuando te dan un diagnóstico de este tipo, tú realmente esperas lo peor”.
Para la periodista, resultó sorpresivo esta enfermedad pues se dio posterior a una revisión y pese a no contar con antecedentes de este tipo dentro de su familia.
Por fortuna, al ser detectado a tiempo, solo requirió de ocho sesiones de quimioterapia en un periodo de año y medio, aunque también una cirugía.
“Lo que más me preocupaba era mi bebé, era él, qué iba a pasar con él, pero después de la cirugía, las quimioterapias y todo lo que viene, pues es el impacto de verte mutilada, de verte que estás perdiendo parte de ti como es tu cabello".
Para Dalia fue fundamental el apoyo y acompañamiento de su familia, compañeros de trabajo y amigos. Hoy, a seis años del diagnóstico, disfruta de la vida, de su profesión y vida misma.
"Yo actualmente sigo bajo supervisión, estoy muy cerca de que me den de alta, seguramente en diciembre. Han sido cinco años de tratamiento hormonal, sigo en vigilancia, sin embargo, yo me considero que yo ya la libré, aunque no he tocado la campanita".
Con Ana María Calderón, la situación fue similar. Al enterarse de la existencia de un tumor maligno a su cuerpo le cambió la vida, comprendiendo que una actitud positiva era clave para salir adelante.
“Cuando me dieron el resultado pues yo estaba incrédula porque realmente yo no tenía ninguna molestia. O sea, ni me habían detectado ninguna bolita, ni abultamiento, ni nada, según yo estaba saludable ¿verdad? Y cuando me dan el resultado pues yo no lo puedo creer y digo: no puede ser posible".
Aún así, por su mente nunca pasó la idea de perder la vida y, tras un tratamiento que constó de una decena de sesiones de quimioterapia, otras 25 de radioterapia y una cirugía, hoy sigue trabajando.
“Ay, pues fue una súper noticia porque ya, cuando mis estudios salieron limpios, que ya no había rastro, no sabes, sentí una paz interior".
Estas mujeres luchadoras coinciden en que una detección temprana es vital para vencer el cáncer. Para ello, hay que superar los tabúes e incluso, la propia cultura machista que pueda existir.
“Vale la pena que se esfuercen por hacerse esa detección oportuna porque si estás a tiempo se puede salvar la vida”.
"Yo, después del cáncer, ya no tengo tiempo que perder. Ya no me ahogo en un vaso con agua”, comentó por último Dalia.
LG