“Prácticamente nací en una marcha”, suelta Ixchel Cisneros Soltero, con una carcajada. La directora de la iniciativa El día después, la cual busca acercar a los ciudadanos con organizaciones civiles, nació un 2 de octubre de 1981 en el seno de una familia con pasión por las causas sociales. Su padre, Enrique Cisneros, mejor conocido como El Llanero Solitito, le dejó el ejemplo de la defensa de los temas sociales, pero también su madre, María Guadalupe Soltero, antropóloga sonorense. Ambos inculcaron en ella la no discriminación y la convivencia con igualdad de género.
La periodista y activista oriunda de Ciudad de México vivió muy pequeña la separación de sus padres, por lo cual se fue con su madre a Sonora hasta los 18 años, cuando regresó a la capital a estudiar periodismo en la Escuela Carlos Septién, no sin antes intentar con arquitectura en la Universidad Autónoma Metropolitana de Xochimilco.
Lo suyo siempre han sido los temas sociales, con una trayectoria en medios como Reforma y El Financiero; su mayor faceta como activista se dio cuando encabezó el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos). A pesar de ello, comparte tiempo con su familia, especialmente con sus tres pequeños hijos: Karlo, Iker y Thiago, y por supuesto con su pareja, Filio.
Ellos son su gran respiro, en medio de la dura realidad con la que está en contacto de manera constante. Además lo mismo disfruta de una plática de superhéroes o una buena cerveza. Así como, por supuesto, de imaginar que otro México, con justicia social y reconciliación.
¿Qué recuerdas de tu niñez?
Mi mamá dice que yo nací en una marcha y tiene un poco de razón, primero porque nací un 2 de octubre, pero además porque siempre he estado cercana a las causas sociales. Mis papás se separaron cuando yo era niña y me fui a vivir con mi madre a Sonora. Los amigos de mis papás eran guerrilleros y siempre estuvieron los dos muy involucrados en cuestiones sociales y siempre se habló de la no discriminación y la igualdad de género, sobre todo entre mi mamá y yo.
¿Qué recuerdas de tu padre, El Llanero Solitito?
Era un papá de vacaciones. Cuando veníamos a la ciudad con él, nos la pasábamos viajando. Con él descubrí el mundo desde chica, fuimos en un vocho desde Disneylandia hasta Centroamérica y nos echamos un trip súper hippie por todo Europa cuando tenía unos 12 años, eso te abre un panorama distinto. Y darte cuenta que para muchas personas tu papá es un líder social.
Tuve confrontaciones con él. Cuando yo estaba en la prepa me hice católica y mi mamá le dijo que lo había hecho porque era la única manera de ser rebelde, porque como ellos eran ateos, pues mi forma de rebelarme era ser católica. Después de un tiempo dejé la religión.
De él aprendí mucho: era una persona que nunca se aprovechó de lo que pudo tener económicamente, empleó el poder de un líder de masas. Siempre fue congruente con la idea de la austeridad, nunca traía un peso en la bolsa, traía el coche más sucio y chocado del mundo, su casa era un desastre. Había cosas en las que no coincidimos, él era más radical que yo, y eso que los dos somos bastante progres.
Cuando la huelga de la UNAM, estuvimos juntos, yo no estudiaba ahí pero trabajé con él en una obra de teatro y fuimos a todas las facultades y preparatorias a dar funciones, pero al final chocábamos porque pensamos distinto. Al final, pues uno siempre le tiene que llevar la contra a su papá o a su mamá y en este caso era mi papá. Yo lo consideraba más como un personaje.
Su muerte fue muy dolorosa, porque yo sabía cómo iba a morir, pues padecía hipertensión y no se atendía.
¿Cómo combinas la maternidad con tu trabajo?
Fui madre a los 24 años por elección, porque siempre quise ser una madre joven. Mi primer hijo fue de un padre y mis otros dos hijos son de mi actual pareja, Filio, con quien llevo 11 años. Yo quiero que mis hijos siempre vivan en este país, solo que está bastante podrido, entonces quiero ayudar a que la nación donde viven mis hijos esté mejor. Me anima mucho ver que los tres son buenos niños y se cuestionan cosas que muchos niños en este país no lo hacen, como aspectos de género, de discriminación. Son muy participativos y van a marchas.
No hay mejor momento en mi día que cuando entró a casa y salen corriendo a abrazarme los tres, porque al final soy su mami aunque ya están grandes. Los momentos que más disfruto es cuando vamos a ver Avengers, somos súper fans, o cuando cocino con Iker, que le encanta cocinar o cuando Thiago se duerme conmigo; para mí es lo único que realmente no tiene precio.
Creo que uno de los momentos que también disfruto mucho es en la noche estar en la cama al lado de mi hombre viendo algún partido o tomándome una cerveza. Esas dos horas antes de dormir donde puedes platicar y convivir en pareja.
¿Cuáles son tus pasatiempos o aficiones?
“Me gusta el futbol y le voy a Pumas; ahora con Filio veo el futbol americano. Me gusta verlo jugar tochito bandera, me sirve para desestresarme porque soy de esas porristas que gritan mucho, eso hace que se me olviden todos los problemas sociales de este país.
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El club de la pelea, de Chuck Palahniuk.