A 19 años del feminicidio de Nadia Muciño, su madre exige justicia al gobierno del Edomex

Nadia Alejandra Muciño Márquez, primera de cinco hijos, era una chica alegre, amiguera y que gustaba de escuchar música a todo volumen como cualquier adolescente; tenía 16 años cuando conoció a su feminicida, Bernardo López Gutierrez, chofer del transporte público que tomaba a diario para dirigirse a la escuela, según relata para MILENIO Estado de México María Antonia Márquez, su madre.

Tras iniciar una relación y luego de meses de novios, en 1998 Bernardo y Nadia decidieron vivir juntos. Ahí comenzó la pesadilla. Bernardo gustaba de un estilo de vida austero; Nadia tuvo que acostumbrarse a usar fogón para cocinar, así como a lavar en una piedra ya que su pareja no quería comprar lo elemental para su hogar.

Durante su relación procrearon a tres hijos, quienes más adelante presenciarían cómo su padre asesinaba a su madre.

“Vivía violencia económica, pero eso no era lo peor, lo peor era la violencia física, llegaba con un golpe, un moretón”, declara la madre de Nadia, al preguntarle cómo era la relación de su hija con Bernardo.

Violencia en la relación y secuestro

Bernardo no permitía que Nadia trabajara y la golpeaba cuando ella pedía dinero para sus hijos; después de años de violencia económica, en 2003 Bernardo le dio “permiso” a Nadia de trabajar.

Un día regresó temprano a casa después del trabajo para hacer de comer a sus hijos antes de recogerlos de casa de su mamá, quien le ayudaba a cuidarlos. Se llevó una sorpresa al encontrar a su marido teniendo relaciones sexuales con su sobrina. Bernardo al percatarse de la presencia de Nadia, la golpeó hasta romperle dos costillas y la encerró durante dos semanas en un terreno lejano que tenían en construcción.

Bernardo fingió no saber nada de la desaparición y acompañado de la madre de Nadia, la estuvieron buscando junto con las autoridades, que tomaron en cuenta la denuncia hasta después de 72 horas a pesar de las súplicas de María Antonia para que le ayudaran a encontrar a su hija.

La madre de Nadia continuó la investigación por su cuenta, Bernardo al darse cuenta que iban a dar con Nadia, decidió darle 800 pesos para que desapareciera amenazándola con matar a su hijo mayor si acudía con sus padres por ayuda.

María Antonia es de un pueblo llamado Teziutlán, en Puebla, en donde Nadia acudió a refugiarse después del secuestro que había sufrido por parte de su esposo; estando ahí se comunicó con su madre y regresó al Edomex a interponer una denuncia en contra de Bernardo en el municipio de Nicolás Romero.

Nadia estuvo viviendo en Teziutlán por unos meses en donde “Era feliz, volvió a ser Nadia” relata su madre.

El feminicidio

El secuestro ocurrió en junio de 2003, en septiembre de ese mismo año Nadia ya estaba viviendo de nuevo con su esposo; la violencia continuó pero Bernardo era más violento ahora y en febrero del 2004 le arrebató la vida.

Fue la hermana de Bernardo quien acudió a casa de María Antonia para darle la noticia, diciéndole: “Tu hija se mató”. La madre de Nadia acudió de inmediato al hogar de su hija para encontrarse con el peor escenario; mientras que ella llamaba a las autoridades correspondientes, Bernardo ya estaba afuera de su casa acompañado de sus abogados.

María Antonia nos relata la reacción del perito Michelle Azep Sánchez, encargado de su caso al entrar a la escena del crimen “Órale, ésta sí se quería matar”. Cabe recalcar que este perito fue el mismo que dio el dictamen pericial del caso Paulette.

Este perito declaró la muerte de Nadia como un suicidio bajo la teoría de que estaba menstruando y cuando las mujeres menstrúan se deprimen, por lo tanto decidió terminar con su vida; en cuanto al desorden que había en la escena del crimen el perito dijo que ese era el estilo de vida de Nadia, de ninguna manera eran signos de lucha, tampoco los golpes que tenía en todo el cuerpo eran signos de violencia en el hogar.

Después de recoger el cuerpo de Nadia, las autoridades dejaron en la escena del crimen todas las pruebas que podían incriminar a Bernardo y su hermano ‘El Matute’, de la muerte de Nadia Alejandra; lo único que se llevaron fue una agujeta con la que la asfixiaron, esta agujeta la tenía encajada 1.03 cm adentro del cuello.

Hijos presenciaron el asesinato

La madre de Nadia comenta que las autoridades no investigaron nada hasta tres días después, pero cuando regresaron al lugar para una inspección se dieron cuenta que la casa había sido quemada y solo encontraron un pedazo de soga y una playera con sangre de ‘El Matute’, hermano de Bernardo, que casualmente se perdió.

Los tres hijos de Nadia presenciaron el asesinato, su padre y su tío los amenazaron “Si dicen lo que vieron, los quemo”, les dijeron, y huyeron del lugar mientras que los niños estuvieron horas al lado del cuerpo sin vida de su madre.

Las autoridades del Estado de México nunca hicieron nada, así que María Antonia decidió escribir una carta y llevarla a Los Pinos, recibió una respuesta de la ex primera dama Martha Sahagún, quien logró canalizarla con las instancias correspondientes, que le dijeron que se habían cometido “errores humanos” durante la investigación del caso de Nadia.

Implicado se entrega... y lo liberan

Los asesinos nunca huyeron y las autoridades no los buscaron. Fue hasta 2007 que ‘El Matute' se entregó a las autoridades, pero no lo pudieron detener porque no llevaba una identificación. Dos semanas después regresó y le dictaron auto de formal prisión, lo sentenciaron a 42 años con 6 meses, pero lo dejaron libre ya que los magistrados del Edomex decidieron que las declaraciones de los hijos de Nadia eran inválidas porque “Los niños son incapaces de distinguir una verdad de una fantasía”. Por lo tanto lo dejaron en libertad.

Las autoridades detuvieron a Bernardo hasta junio del 2012, en el mismo lugar en que años antes había tenido secuestrada a Nadia, pero esta ocasión tenía secuestrada a una menor de 13 años de edad del estado de Hidalgo.

En sus declaraciones Bernardo dice ser inocente, las autoridades lo sentenciaron a 6 años de prisión por el secuestro de la menor de edad y a 42 años con 6 meses por el asesinato de Nadia; actualmente esta preso pero aún no es una sentencia firme y al igual que su hermano ‘El Matute’, en cualquier momento podría quedar en libertad.

María Antonia interpuso demandas en contra de los servidores públicos que entorpecieron la investigación, el ministerio público y el perito responsable de su caso pero nunca procedieron.

La semana pasada, autoridades del gobierno del Estado de México aceptaron su incompetencia para resolver el caso y ofrecieron disculpas a María Antonia, las cuales no aceptó; pero está en espera de reabrir el caso para que después de 19 años se haga justicia sobre el feminicidio de su hija Nadia.

MAM