De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) evidencian que las mujeres representan el 49% y las niñas el 23% de todas las víctimas de la trata en el mundo, por lo que es necesario fomentar la cultura de prevención en la sociedad, principalmente en la población infantil y adolescente quienes son altamente vulnerables a este tipo de delito.
La trata de personas es utilizada para ampliar redes de explotación sexual, trabajo forzado, matrimonio forzado; para la venta de niñas y niños, así como para extraer órganos alrededor del mundo. La sexual es la forma más común de explotación representando el 59%, seguida del trabajo forzado con un 34%, según la ONU.
Para Mariana Wenzel, consejera ciudadana del Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia (CCSJ) y directora general de la Asociación Nacional contra la Trata Humana en la Sociedad (ANTHUS), tanto Puebla como México cumplen con tres condiciones que favorecen este delito: ser lugar de tránsito por las rutas migratorias existentes, ser lugar de origen de víctimas hacia otros países y ser destino de víctimas para las redes internas.
El desconocimiento de las características y consecuencias de la trata por parte de la población hace más difícil su combate y erradicación, pues el consumo de pornografía, servicios sexuales y otros esquemas de explotación permite el sostenimiento de este esquema criminal.
Por otro lado, Samantha Páez, directora de Análisis de la Violencia de Género Mediática y Digital del CCSJ, asegura que de acuerdo con el Diagnóstico sobre la Situación de Trata de personas en México 2019 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), se identificaron 5 mil 245 víctimas de trata en el territorio mexicano, donde 85% de las víctimas fueron niñas y mujeres. El 15% restante niños y hombres.
El documento aborda la existencia del corredor de trata entre Puebla-Tlaxcala y los existentes en los estados de Chiapas, Veracruz y Oaxaca como los de mayor incidencia.
Los tratantes engañan a mujeres, hombres y niños y los someten diariamente a situaciones de explotación. Los principales destinos para las víctimas una vez que son presas de estas redes, son ciudades en el extranjero.
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