Una pequeña de nombre Carla de tan solo 3 años de edad ha comenzado una lucha sin igual, pues a su corta edad, fue diagnosticada de cáncer ocular y tuvieron que extirparle ambos ojos.
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En la actualidad no existe un lugar adecuado para el tratamiento, tanto médico como psicológico, para un paciente con esta discapacidad, por lo que las opciones para buscar ayuda son reducidas.
Lo anterior, nubló el panorama que se tenía para la niña en cuanto a calidad de vida, al no estar en edad para iniciar su actividad académica.
Sin embargo, sus padres quienes tuvieron que adecuarse a esta necesidad, lograron ver una luz en medio de la oscuridad, al llegar a Casa Maka Tampico.
Gaby García, presidenta de esta asociación refirió que, como primer paso se apoyaron de Unión Pro Vida y Fundación Fleishman para adquirir las prótesis oculares con un valor de 45 mil pesos.
Pero el apoyo fue más allá de esto, ya que este solo fue el punto de partida para una nueva atención por parte de Casa Maka, en la educación a niños invidentes.
La profesora Karla Ortiz imparte clases a pesar de su discapacidad visual
Por su parte, la profesora Karla Ortiz; quien también tiene discapacidad visual, se encarga de preparar a los pequeños con una educación inicial.
Hasta ahora la capacidad es de 15 alumnos que, además de lo académico, son enseñados a valerse por sí mismos, a reconocer objetos con el tacto, medir pasos, comer solos, entre otras ventajas.
Asimismo, en la actualidad se han sumado a la asociación dos alumnos más que van de 3 a los 6 años y que tienen este mismo problema.
A esto se le agrega la atención psicológica, tanto para los infantes como a los padres de familia, debido a que casos como estos no se pueden sobrellevar solamente con un seguimiento médico.
BRR