Los padres de Marissa, una mujer de origen mazahua, tuvieron que migrar de Temascalcingo, Estado de México a Guadalajara. Por lo tanto, desde niña se vio obligada a trabajar para poder subsistir. A sus 37 años, Marissa recuerda que no tenía otra opción que trabajar de sol a sombra. A esto se le conoce como trabajo infantil.
"Desde niña estuve vendiendo en las avenidas junto con mi madre a los 6-7 años, vendíamos dulces en la avenida Lázaro Cárdenas y López Mateos", menciona Marissa.
Según datos del INEGI, obtenidos vía la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil, se estima que 3.7 millones de niños en México realizan algún tipo de trabajo infantil. De esa cantidad, 1.5 millones son niñas.
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María Antonia Chávez Gutiérrez, profesora investigadora de la Universidad de Guadalajara y presidenta de la Academia Jalisciense de Ciencias, explicó que las niñas a diferencia de los niños están expuestas a más riesgos al ejercer trabajo infantil pues son más vulnerables a sufrir abusos.
"Las niñas corren mayores riesgos por toda esta cultura patriarcal o simplemente el uso erotizado que se hace de las niñas y de los niños pero que de alguna manera es mucho más vulnerable de niña por sus propias condiciones de indefensión en la que están", mencionó.
Sin embargo, Marissa asegura que los mayores abusos psicológicos y físicos no los sufrió en la calle, pese a existir múltiples riesgos, sino como trabajadora doméstica. Con solo 12 años fue contratada en una vivienda y realizaba trabajos excesivos acorde a su edad.
"Era una niña de 12 años que me quedaba de lunes a sábado en esa casa. Eran jornadas de trabajo desde las 8 de la mañana hasta las 12 y si los empleadores salían a divertirse yo tenía que estar a cargo de los niños. Una niña cuidando a otros niños. Llegaban ellos a las cinco de la mañana y a esa hora yo me iba a dormir pero para levantarme a las 7 de la mañana a preparar el desayuno", recordó Marissa.
Se debe tener cuidado desde casa con el trabajo infantil
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, el trabajo infantil puede privar de su niñez, dignidad y potencial a los menores e incluso ser perjudicial para su desarrollo físico y psicológico.
"Hemos normalizado que hasta nosotros en nuestras casas con ese criterio de la disciplina les asignamos una serie de tareas y trabajos que no de ser realizados sino por personas adultas se le tendría que haber pagado a alguien. Nuestra propia cultura ha asumido de manera normal la explotación infantil porque creo que indebidamente le llamamos trabajo infantil, es explotación infantil", mencionó la investigadora.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), estima que en el mundo hay 63 millones de niñas de 5 a 17 años ejerciendo trabajo infantil.
OV