El día que a los niños, niñas y adolescentes se les reconozca realmente como sujetos de derecho y se les tome en cuenta para la toma de decisiones en políticas públicas, será momento en el que se les pueda celebrar.
Lo anterior lo señaló la activista por los derechos de las infancias y adolescencias, Miriam Chávez López, secretaria ejecutiva del Sistema Municipal para la Protección Integral de Derechos de Niñas, Niñas y Adolescentes en Tlaxcoapan.
De acuerdo con la experta, aunque desde 2017 hay una la ley general en la materia todavía no se concreta su aplicación en el día a día.
Esto debido al adultocentrismo existente, lo cual impide que a la niñez y adolescencias se les tome en cuenta para las decisiones en diversos temas, lo que les permitiría acceder a una mejor calidad de vida con base en sus necesidades y perspectivas.
Indicó que esta asimetría comienza incluso desde el término “menores”, coloquialmente utilizado en la actualidad, con el que se les reduce pues es una referencia peyorativa y violatoria de derechos, y es que afirmó que lo que no se nombra no existe, y además preserva el concepto de las infancias como sujetos de tenencia.
Para referirse a este rango de edad, dijo, se les debe nombrar como niños, niñas, niñez, niñeces, infancias, infancias diversas y adolescencias, y esto forma parte de un proceso cultural de deconstrucción, una reeducación para la cual todavía hay mucha resistencia.
Es necesario y urgente un enfoque de derechos para educar a la niñez, y aclaró que ello no significa promover el libertinaje, sino por el contrario, fomentar una educación con respeto y conciencia sobre los derechos, en todos sus ramos.
Reiteró que existe resistencia a esta reeducación, pues en la actualidad el modelo de educación que predomina todavía tiene rasgos adultocentristas y patriarcales, que disminuyen las opciones de las infancias, adolescencias y de mujeres.
Un ejemplo del adultocentrismo, prosiguió, son los parlamentos infantiles, pues en estos actos políticos se fomenta la participación de infancias o adolescencias adiestradas que reproducen discursos que les otorgan adultos, en el que se plasma lo que los adultos quieren escuchar y no lo que las infancias realmente desean expresar sobre su manera de ver el panorama, es decir, no hay una participación efectiva del sector al que se le pretende dar voz.
Además, otro ejemplo, dijo, son los festejos de las alcaldías para conmemorar a la niñez pues son eventos en los que se reproducen los estereotipos de género desde el otorgamiento de juguetes sin consultarles sus gustos particulares hasta las actividades ofrecidas, es decir, no hay acciones afirmativas y sí la politización de la fecha.
Chávez López afirmó que a la niñez y adolescencias se les podrá festejar realmente hasta que se les dé el trato que merecen y que la ley les garantiza, pero para ello indicó que se requiere un trabajo desde el seno de la familia hasta la vida pública, lo que requiere la participación de todos.
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