El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, es aficionado al futbol, junta banderines y playeras de equipos de diferentes ligas del mundo y de las selecciones; sin embargo, si un sacerdote le pide alguna, se la regala.
Sánchez Espinosa, también amigo de Arlindo dos Santos Cruz, jugador histórico del América que anotó el primer gol en el estadio Azteca, definió desde niño su vocación sacerdotal y la confirmó en el Seminario Mayor con estudios de Filosofía y de Psicología; y con una estancia que realizó en El Vaticano.
Sánchez Espinosa, quien se define como un hombre sencillo y cercano a los fieles, a los sacerdotes y los agentes de pastoral, explicó que aprecia la religiosidad en los futbolistas que, en muchas ocasiones, se encomiendan a Dios o a la Virgen de Guadalupe antes de iniciar un partido.
Asimismo, recordó que la obra Jesús de Nazaret de Josef Ratzinger, quien se convirtió en el Papa Benedicto XVI, marcó su vida; y el parteaguas fue su nombramiento como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México.
¿Cómo se define Víctor Sánchez a Víctor Sánchez?
"Como un hombre sencillo y cercano. Yo quisiera seguir siendo Víctor Sánchez y no arzobispo de Puebla, pero soy consciente de que soy el arzobispo y tengo que actuar como tal. Con la gente que me conoce, con los fieles que me conocen, saben que soy el padre Víctor Sánchez. Yo creo que el ejemplo nos lo da el Papa, un hombre sencillo y cercano. Yo quisiera ser cercano a las comunidades, a las personas, al los sacerdotes, a los agentes de pastoral".
¿Qué pasatiempos tiene el arzobispo?
"Cuando puedo, nado. Cuando puedo, camino, veo futbol y escucho música. Solo cuando puedo porque, normalmente, siempre estoy con actividades que no me permiten muchas cosas. Por ejemplo, de futbol, solo puedo ver resúmenes de los partidos o noticieros deportivos".
¿Cuenta con alguna colección?
"Soy deportista, soy futbolista, algunas veces, coleccioné banderines de equipos de todo el mundo, otras veces playeras. Digo, coleccioné porque cuando me ven alguna playera y me piden que la regale, lo hago. Playeras de selecciones. Si voy al estadio, la compro en la tienda del estadio. En fin, hay tantos sacerdotes que tienen la misma afición que yo y si sé que son aficionados, se las regalo. Por eso, no me he mantenido como coleccionista, pero cuento con algunos de esos recuerdos. He estado en algunos grandes clásicos, el último clásico que vi fue el Real Madrid contra Barcelona en el Santiago Bernabéu, pero lo mismo he estado en Montevideo, en el Centenario, lo mismo en la Bombonera de Buenos Aires, viendo un Boca contra Rivera Plate; lo mismo en el Maracaná viendo un partido Corinthians ante Botafogo".
¿Cómo ve a Gerardo Daniel Martino, "El Tata", como entrenador de la Selección Mexicana?
"Empezó bien y yo espero que continúe así. Yo admiraba el trabajo del otro señor (Juan Carlos Osorio Arbeláez), la verdad que, en resultados, se fueron dando y el famoso quinto partido no se dio. Esperemos que el entrenador de ahora llegue a ese famoso partido".
¿Dios intervendrá en el futbol?
"Los futbolistas son muy religiosos. Ya ve que tocan el pasto y se santiguan. Normalmente, en las entradas a los estadios hay un altarcito a la Virgen de Guadalupe. Eso que vemos aquí con futbolistas mexicanos, lo he visto con futbolistas brasileños. Son muy religiosos los futbolistas brasileños. Yo tuve mucha amistad con Arlindo dos Santos Cruz, aquel jugador que metió el primer gol en el estadio Azteca (...) Yo veo la piedad, la religiosidad de esos hombres. Están metidos en el mundo del deporte, la fama y son tan religiosos".
¿Qué momento marcó su vida?
"Fue mi episcopado. Cuando hace 15 años, el Papa Juan Pablo II me nombró obispo de la Arquidiócesis de México, obispo auxiliar. Para mí era algo nuevo. Como sacerdote de Puebla, siempre en estos ambientes provincianos y llegar a la gran ciudad, a la Ciudad de México, a Iztapalapa, fue importante. Fueron cinco años para mí, muy felices, muy cercano a los sacerdotes y a las comunidades. Es una zona pobre, es una zona súper poblada y muy religiosa. Esos cinco años que estuve en Iztapalapa antes de llegar como arzobispo de Puebla, fueron una experiencia que me abrió otros horizontes. Después, el llegar a la secretaría general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), llegar a vivir a Bogotá y visitar todos los países de América Latina y del Caribe, me abrió grandes horizontes y conocer la realidad de la iglesia en tal y tal otro país (...) Antes de llegar como arzobispo, yo tenía una visión muy clara no solo de Puebla, sino de la vida de Iglesia en América Latina".
¿Qué libro lo marcó?
"'Jesús de Nazaret', de Joseph Ratzinger, quien se convirtió en el Papa Benedicto XVI".
¿Cuándo decidió ser sacerdote?
"Desde pequeño. La vocación se da como un deseo en el caso nuestro, de confesar, de celebrar misa, de ser padrecito. Yo creo que la vocación se va concretizando en las etapas de formación (...) Yo entré desde niño al Seminario Menor, luego pasé al Seminario Mayor, cuando uno empieza la filosofía, cuando uno empieza la teología y, luego, en el caso personal, como otros sacerdotes, la experiencia de Europa, la experiencia de Roma, la cercanía con el Papa, el verlo, el escucharlo, el escuchar sus catequesis, todo eso me fue formando y haciendo ver que no me había equivocado al elegir esta vocación que es el sacerdocio".
MITM