El Día del Niño en el semáforo: La realidad más triste de México

Muchos de los niños de semáforo no recuerdan un solo día en el que no hayan estado en las calles.

Muchos niños "celebraron" su día mientras trabajaban en calles de CdMx. | Cuartoscuro
Abril Miranda
Ciudad de México /

De lunes a domingo están ahí, aunque a veces dicen descansar un día a la semana. Bajo el sol incesante de medio día y a la espera del cambio de rojo a verde, entre el tráfico habitual y el smog de la ciudad, los niños del semáforo se preparan para un día más de trabajo en la concurrida avenida, cerca del Monumento a la Revolución de la Ciudad de México.

Gabriela o 'Gaby' como le dicen de cariño, tiene 9 años y no recuerda un solo día en el que no haya estado en las calles de la ciudad. Al cuidado de su tía y de su padrastro, Gaby vende junto con su hermano pequeño Leo de tan solo 7 años de edad, dulces típicos mexicanos a los conductores que día con día, están atorados en el tráfico.

Con las mejillas hundidas y las miradas tímidas, ambos expresan que el 30 de abril es uno de los días en los que venden más mercancía y reciben regalos de las personas que se dignan a mirarlos, como cada año. Como ellos, otros 3.7 millones de niñas, niños y adolescentes de entre 5 y 17 años están en situación de trabajo infantil, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2022 de Inegi.

“Ese día me emociona venir aquí porque me dan muchos juguetes, aunque no los disfruto tanto, porque no hay tiempo para jugar, tengo que ayudar en la casa de mi tía y aquí” explica Gaby.

El tono de su piel se entremezcla con el color blanquecino de los jiotes, que deja entrever la falta de alimentos y la exposición prolongada al sol. A pesar de su situación, Leo dice que su hermana es la más trabajadora, ya que a él le dan mas ratos libres para ir a jugar fútbol con sus amigos de los puestos.

Un pequeño moretón sobresale del lado izquierdo de la cara del pequeño, algo nervioso dice que fue producto de una caída, mientras su hermana lo abraza por los hombros, en una señal de apoyo.

Ambos hermanos se vieron en la necesidad de abandonar la primaria en el primer grado, ya que no tenían tiempo ni el dinero y aunque ambos afirman que antes no les gustaba ir a clases, a veces, “les gustaría cambiar de lugar con niños normales para saber qué se siente ir a la escuela de nuevo”

De acuerdo con datos de Save the Children, en Junio de 2023 el 28,2% de la niñez que realiza trabajo infantil, lo hace porque en sus hogares necesitan de su aportación económica para sobrevivir.

De igual manera, la cantidad de niñas, niños y adolescentes que presentaban condición de trabajo infantil en el país también aumentó entre 2019 y 2022 (INEGI, 2023)

Por otra parte, el Estado de México, Guanajuato, Michoacán, Jalisco y Chihuahua son cinco entidades en las que se concentraron más graves violaciones contra los derechos de la niñez y la adolescencia en el 2023, según REDIM.

Unas calles después, justo enfrente del plantón Cannábico del Metro Hidalgo, se encuentra Cristian de 13 años de edad; Jimena con 12 y Yoseth de 9 años. Los tres afirman ayudar a sus familiares en los pequeños puestos que tienen, y a veces cuando es necesario, se acercan a vender al semáforo, aunque dicen no hacerlo a menudo, ya que el Metrobús pasa muy rápido y aveces se pasa el alto.

“Es muy peligroso estar ahí (en la avenida) todo el tiempo, mejor nos acercamos a vender ahí donde están todos los chavos (el plantón) y nos compran dulces.” explica Jimena.

Con una madurez impropia de su edad, Jimena tiene un único sueño: ser abogada algún día, aunque sabe que necesita terminar la primaria primero, espera que el siguiente año sea el bueno para retomar sus estudios.

En el caso de Cristian, la escuela nunca fue una opción, él espera ayudar a su familia en lo que pueda, trabajando. Sin embargo, expresa con mucho entusiasmo que le fascina jugar futbol, y que ir al Estadio Azteca a ver su equipo favorito lo haría más que feliz, “pero es muy caro, espero ir algún día, ese es mi sueño”.

Yoseth es la única que sigue estudiando la primaria, pero dice faltar mucho a la escuela porque necesita ayudar económicamente a su familia.

Ante la pregunta de qué harán el Día del niño se miran entre ellos. La primera en responder es Yoseth, quien dice que espera que su mamá la lleve por un helado de chocolate, como en ocasiones especiales. Cristian dice querer ir al parque todo el día, que es lo que más le entusiasma, “no ir a trabajar, solo jugar, todo el día”. Jimena expone que ella nunca recibe regalos los días 30 de abril, y que este año no será diferente, “voy a venir a ayudar a mi papá, es lo que toca”.

En una oleada de risas nerviosas entre ellos, se despiden, porque “es hora de seguir chambeando”, Jimena y Yoseth se toman de la mano para cruzar la avenida, Cristian las sigue por detrás, con las miradas brillantes y esperanzados de que este Día del niño tengan la oportunidad de ser solo niños.

CHZ

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