No hay palabras... es una tristeza enorme: damnificado

Crónica

En el barrio de Guadalupe, uno de los más afectados de San Mateo Atenco, la gente anda entre las calles en canoas.

En una de las calles. (Iván Carmona)
Nancy Enríquez
San Mateo Atenco /

San Mateo Atenco amanece bajo agua negra. La fisura del río Lerma no está controlada. 

Son las primeras horas del día y se habla de que el número de damnificados se duplicó: de que ahora son más de seis mil personas; dos mil niños; dos mil viviendas. 

A las 10:00 horas cerca de 50 personas se reúnen frente a la alcaldía. Expresan desesperación, frustración y piden ayuda. 

Solicitan ver al alcalde, pero no está. 


Ante la negativa, los inconformes bloquean con camionetas la calle Benito Juárez, frente la presidencia municipal e impiden la circulación por media hora. 

Al lugar llega personal del Gobierno del Estado de México. 

Los manifestantes les señalan que desde el sábado pasado, cuando se presentó la ruptura del río Lerma, no han recibido la ayuda suficiente, sobre todo en los vehículos dispuestos por las autoridades para sacar sus cosas de las viviendas inundadas. 

En el barrio de Santiaguito, no hay quien ayude, están en balsas sacando las cosas, y nos dicen que nos tranquilicemos”. Reprocha una damnificada. 

Algunos niños dicen que tienen hambre y señalan que no han podido ir a la escuela debido a la falta de transporte para cruzar las inundaciones. 


Al no recibir una respuesta, los manifestantes recorren el cierre de la vialidad a la esquina con Calzada del Panteón. Allí permanecen hasta el medio día. 


Barrio de Guadalupe 


El barrio de Guadalupe está bajo agua negra. Protección Civil, Sedena y SS, dan despensas, vacunas, medicamentos y ayudan a la gente a rescatar objetos como muebles y otros enseres. 

El calor apremia y el agua continúa subiendo su nivel. El olor es pútrido y la inundación en las calles La Arbolada, Ignacio Allende y Potrero es de un metro con cincuenta centímetros. 

Los vecinos dicen que la ayuda tarda en llegar. Que la organización es nula. Y que muchos de los que llegan no saben qué hacer. 


Tiene como media hora que la ayuda llegó (11:30 horas): vienen muchas personas, pero a poco se bajan de sus camiones, tantito se salpican y mejor se van: nos traen comida… ¿dónde la vamos a preparar? Necesitamos botas, que saquen nuestras cosas de las casas". Dice Yolanda. 


A mí me ofrecen un café.. Y cómo cree que me lo voy a tomar teniendo a mis hijos sin un bocado, ni de almorzar les he dado. Nos urge ayuda”. 


En el barrio de Guadalupe las calles son como pequeños ríos en donde navegan balsas con personas que son rescatadas de sus propios hogares. 

En otras balsas los pasajeros son cajas con ropa, algún artículo doméstico como una licuadora, una plancha y el oleaje es provocado por los camiones de rescate de SEDENA y SS. 




Aquí esta Salvador Heraz Frías. Comerciante ambulante. Dice que vive desde hace más de 20 años en la calle 13 de Octubre en el barrio San Luquitas y que perdió por completo la planta baja de su casa. 

Relata que en la madrugada del pasado sábado llegó a despertarlo personal del ayuntamiento y le pidió que rescatara lo que pudiera y se fuera de allí porque venía el agua. 

Dice que no le dio tiempo de subir todo a la planta alta de su hogar, únicamente lo que, con trabajos, sus dos hijas, su hijo, su nuera y su esposa, alcanzaron a cargar con sus brazos. 

Lo demás, estufas, refrigerador, camas, sillones… se quedó en la planta baja; miles y miles de pesos y de recuerdos se perdidos entre el agua negra. 


Tengo 28 años viviendo en este domicilio y vivo con dos hijas madres solteras; un hijo casado, dos niños de dos años y una de 9 años, y una de 14 años; mi esposa y yo. Ahorita nos quedamos con un vecino, nos repartimos con mi papá y un hermano que no viven en la zona, que viven más para arriba”. 


A Salvador se le quiebra la voz y dice: “No hay palabras… es una tristeza enorme, no hay palabras la verdad; el apoyo lo hemos tenido por parte de las autoridades, hemos tenido, una despensa y unas botas para sacar, pero no nos sirvieron de nada porque el agua nos llega hasta las piernas”. 


El ayuntamiento 


El ayuntamiento informa que ya son dos mil viviendas afectadas. La mayoría de ellas de los barrios Guadalupe y San Pedro. 


Además el Lerma inundó 200 hectáreas de cultivos. 

El vocero del ayuntamiento dice que pese a que desde el pasado sábado se han distribuido alimentos, botas, guantes… la ayuda sólo ha abarcado al 40 por ciento de la población, mientras que el 60 sigue sin recibir ayuda, por lo menos en la entrega de artículos. 

Desde el día sábado se estuvo distribuyendo alimento: primero se distribuyó alimento y algunas despensas, cocido y despensas; el domingo se distribuyeron sueros, vacunas, botas y medicamentos para prevenir enfermedades sobre todo gastrointestinales; sin embargo, no son suficientes, esa es la verdad”. 

Son las 15:00 horas. CAEM informa que la fisura de 15 metros en uno de los bordes del río Lerma ha sido reparada. 

Y dice también que el agua en las zonas afectadas tardará en bajar al menos 48 horas más. 






LC





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