El sismo del 19 de septiembre de 2017 reveló que la superficie de la colonia Del Mar, en la delegación Tláhuac, está llena de fracturas que yacen desde las profundidades del subsuelo.
El tremor de magnitud 7.1 provocó desplazamientos bajo la superficie dejando mil 34 viviendas afectadas; resquebrajó, también, la tranquilidad de sus moradores pues, sin los estudios de dinámica de suelos, los damnificados todavía no saben si podrán reconstruir sus viviendas o tendrán que marcharse del lugar que habitan desde hace años.
Una de las fracturas pasa debajo de la casa de la señora Mercedes García, sobre la calle Gitana, esquina con Océano. Estaba ahí el día que la armonía en la colonia Del Mar se rompió: “Fue como si una gran serpiente despertara de las profundidades”, recordó.
“Al momento del sismo me quedé parada en la puerta que da a la calle, y empecé a sentir como si se abriera la tierra. El piso ondulaba, como si hubiera una serpiente debajo, y eso me impactó muchísimo; pensé: se va a acabar el mundo”.
La fisura pasa debajo de su jardín, donde se ven los mayores daños: el adoquín del patio se hundió más de 20 centímetros, la barda contigua a la casa vecina se desplomó y, con una varilla, se puede constatar que en una parte no hay tierra firme.
“Está volando, aquí no hay tierra, ahí se ve la afectación”, señaló alarmada.
La falla, que cruza el jardín, succionó la casa hacia un lado, por lo que fue clasificada en amarillo (daños moderados y posible desalojamiento), por lo que le recomendaron salir, pero sigue ahí.
“La verdad es que siento mucha tristeza, porque es mi patrimonio. Ya un año y todavía no podemos tener respuesta de qué va a pasar, qué vamos a hacer... que nos digan cómo debemos reconstruir”, dijo entre lágrimas.
Las fracturas se abrieron a lo largo de cuadras enteras; por ello, los vecinos de Meche, por el lado de Océano, también resultaron damnificados. Entre banquetas levantadas y calles abiertas, Carlos Sánchez sale de su casa y se para al lado, ahora ya es un terreno bardeado con muros de cartón y mantas que hacen alusión a los trabajos de reconstrucción, pero hasta la fecha aquí nada se reconstruye.
“La casa contigua de mi hermana fue demolida, presentaba un desnivel de 20 centímetros, era inhabitable. Ahora estamos esperando, por parte de la ciudad, la reconstrucción, pero lo principal que queremos y exigimos es un estudio del suelo certero que nos pueda decir realmente si es que estamos en un área que se pueda volver a construir”, señaló.
En todo Tláhuac el sismo dejó 5 mil 748 viviendas dañadas, mil 34 solo en la Colonia Del Mar. De acuerdo con el Comité de Vecinos Organizados, más de 200 están clasificadas en verde (afectaciones mínimas), 474 en amarillo (daños moderados y posible desalojo), mientras que 350 en rojo (deben demolerse por riesgo de colapso) pero, hasta ahora, solo 150 viviendas han sido removidas, ya que sus moradores se resisten a abandonarlas.
“No me he salido porque no siento la seguridad de qué va a pasar después”, expresó Marina Hernández, quien vive detrás de la casa de Meche, en la calle Pingüino.
Los damnificados perdieron la confianza en la autoridad, ya que durante un año esperaron un supuesto estudio del suelo que la Comisión para la Reconstrucción supuestamente pagó a la empresa Consorcio de Ingenieros Civiles, y que no se hizo. Por ello, a pesar de que sus vidas están en riesgo, no se irán hasta recobrar la confianza en el gobierno: “Es mi trabajo, son muchos años y me duele, también estoy consciente de que me voy a salir, no puedo estar aferrada a algo, pero que me den seguridad”, mencionó sin evitar llorar.
Luego, exclamó con coraje: “Por qué me dan los requisitos en una hoja cortada de un cuaderno, esto no es formal, si quiera una hoja del gobierno que diga que son los requisitos y lo que nos vamos a ofrecer”.
El pasado 6 de septiembre, el jefe de Gobierno capitalino, José Ramón Amieva, y la jefa de Gobierno electa, Claudia Sheinbaum, anunciaron que especialistas de la Facultad de Ingeniería y del Centro de Evaluación de Riesgo Geológico de la UNAM realizarán los estudios de suelo que demandan no solo en Tláhuac, sino en Xochimilco e Iztapalapa, por lo que tendrán que esperar aún más.
Las dudas sobre el riesgo que hay se disipan al transitar por la llamada “zona cero”, a lo largo de Pingüino, entre Sirena y Aleta, donde las casas fueron desplazadas hasta 80 centímetros. En Gitana, esquina con Aleta, cinco lotes completos fueron desplazados 50 centímetros.
“Fue una situación bastante terrorífica, ya que toda esta parte de la calle se sumió, como pueden ver, fue lo que nos afectó. Es de alto riesgo, porque otro sismo, si viene de abajo, es un peligro bastante constante el que estamos viviendo, realmente es un lugar muy inseguro. Tenemos que desalojar porque otro temblor y sí, de plano se van a caer, pero no me voy porque no tengo dinero, no tengo a dónde ir”, lamentó Ricardo Mejía.
“No me voy, porque no tengo adónde”
REPORTAJE / A UN AÑO DE LOS SISMOS
El temblor de hace un año dejó mil 34 viviendas afectadas en la colonia Del Mar, en Tláhuac; sin embargo, los habitantes del lugar se niegan a salir de sus hogares.
Ciudad de México /
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