A pesar de los operativos que se han implementado para la detención de migrantes en Tlaxcala, el arribo de pequeñas caravanas a Apizaco no se detiene.
La tarde del miércoles, alrededor de un centenar de migrantes descendieron del lomo del ferrocarril denominado como “La Bestia” para después concentrarse en las inmediaciones del albergue La Sagrada Familia, donde recibieron agua y alimento.
Pese a las detenciones de más de 100 migrantes el pasado lunes por personal de la Guardia Nacional (GN), en conjunto con la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y la Policía Municipal, estas personas continúan su camino hacia los Estados Unidos de América, en busca de una mejor vida para ellos y sus familias.
Se prevé que de nueva cuenta las corporaciones de seguridad federal realicen un operativo para encapsular a los migrantes e iniciar el procedimiento de deportación en conjunto con el Instituto Nacional de Migración.
Sobre los hechos del pasado lunes, activistas de diferentes organizaciones exigieron a las autoridades migratorias y a los gobiernos federal y estatal, respeto al derecho a la no devolución y garantizar la posibilidad de solicitar la condición de refugiado a las personas en tránsito que fueron detenidas en la ciudad de Apizaco.
A través de un comunicado, el albergue La “Sagrada Familia, la Pastoral de Movilidad Humana de la Diócesis de Tlaxcala y la asociación civil “Un Mundo Una Nación”, reprobaron que la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador privilegie la contención, disuasión, detención, criminalización y deportación de estas personas, aun cuando esas acciones han sido cuestionadas por organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En la misiva, subrayaron que la pobreza económica que enfrenta gran parte de la población centroamericana se agravó en el último año por la pandemia de covid-19, aunado a la devastación causada por los huracanes Eta y Lota, así como el clima de violencia generalizada.
AFM