El tomar la temperatura al entrar, lavarse las manos, usar gel antibacterial y reducir en un 50 por ciento la plantilla laboral, forman parte de las medidas que trabajadores de la construcción han tomado para prevenir los contagios de covid-19 en los lugares donde desarrollan sus actividades.
Para ellos trabajar desde casa resulta imposible, no hay nada qué hacer para lograrlo. Sin embargo, entienden que ser responsables ante la contingencia sanitaria que atravesamos es la única manera de continuar laborando y proveer de lo necesario a sus familias.
En entrevista para Milenio Puebla, Sandra García Cásares, coordinadora de Seguridad de Stazia Towers Sur, comentó que aunque en un principio hubo rechazo para acatar las medidas de prevención, poco a poco los trabajadores las aceptaron y las llevaron a cabo.
Es el caso de “El Rueditas”, que más allá de portar casco, botas y chaleco de protección, ha hecho del lavado de manos y untarse gel antibacterial su mejor aliado de seguridad, tanto para él como para el resto de sus compañeros.
Para no tener contacto directo en las manos con palas, picos y demás materiales que se usan a diario por todos, el uso de guantes también se convirtió en algo esencial para trabajar.
“Ahorita están muy escasos los guantes de látex o nitrilo, por lo que se está implementando cada cierto tiempo el lavado de manos y el uso de gel antibacterial”, dijo el trabajador.
Previo a comenzar sus tareas en la obra, los trabajadores toman una plática de concientización para compartir nuevas medidas de prevención o algún dato importante sobre el coronavirus; a la hora de la comida cada quien debe llevar su vaso, plato y cuchara. Prohibido comer en el del compañero.
Garantizan salarios y reincorporación
Sandra García Cásares compartió que normalmente había entre 200 a 250 empleados en la obra, pero por decreto del gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, la empresa mandó a descansar a más de la mitad y por ahora se quedó con alrededor de 100 personas, las cuales cubren una jornada superior de 40 horas a la semana.
Los que dejaron de asistir fueron los que padecen enfermedades crónico-degenerativas, como diabetes e hipertensión; los que superan los 60 años de edad y las mujeres embarazadas, sin embargo, todos estarán en casa bajo la modalidad de incapacitados, para que no se queden en el desamparo y sin sustento económico.
“Se exaltaron algunos, pero se les dijo que lo mejor era que se fueran a descansar porque a ellos les pega más el virus”, explicó la representante.
No obstante, una vez que el covid-19 sea superado, comentó que todos serán reinstalados con el mismo sueldo. Nadie ha sido ni será despedido por ahora.
Sin embargo, en caso de que la enfermedad “se vuelva un caos”, la coordinadora reconoció que deberán dejar el cemento, la cal y la arena por un tiempo, ya que la salud de cada uno de los trabajadores es lo primordial.
“La seguridad es muy importante, yo invito a todas las empresas a que tengan un supervisor de seguridad para que en estos casos no nada más se hagan las medidas a la ‘ahí se va’. En una construcción, todos estamos en riesgo”, comentó.
Cabe recordar que en días pasados el presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Héctor Sánchez Morales, indicó que la construcción es un sector clave para la economía poblana, por lo que ante la situación actual es necesario que se mantengan las licitaciones y se ejerza el presupuesto para el desarrollo de obra pública.
Asimismo, reconoció que la economía enfrenta un momento complicado, por lo que propuso una serie de cuatro acciones para minimizar el impacto de la pandemia del coronavirus, que incluye la búsqueda de mecanismos de apoyo conjunto con los gobiernos para hacer frente a las obligaciones fiscales.
mpl