José Armando Álvarez Cano, obispo de la Diócesis de Tampico, a cinco meses de su llegada para suceder a José Luis Dibildox al frente de la Iglesia en el sur de Tamaulipas, ha entendido las necesidades de la población a la que se ha acercado.
El líder religioso expuso que entre las primeras exigencias del pueblo están el hecho de que las autoridades gubernamentales deben atenderlos por igual, sin distingo de clases sociales, ya que suelen perder el piso y dar prioridad a quienes tienen más dinero y negocios, dejando en el olvido a los más necesitados.
Asimismo, Álvarez Cano sostiene que los retos para el año que viene son no bajar la guardia contra la inseguridad, así como atender la pobreza y la migración, la cual es muy complicada en la frontera.
De igual forma, el obispo de Tampico pidió a los 146 sacerdotes de las 68 parroquias que comprende la Diócesis, fomentar la unidad en cada celebración ya que considera que es la clave para que los laicos se integren a la Iglesia, ya que reconoce que existen otros movimientos religiosos en la zona sur que hacen su lucha por predicar su doctrina y ganar adeptos.
¿Qué le ha parecido la zona sur de Tamaulipas?
En cuestión humana son personas muy cálidas, personas muy amables, muy abiertas. Creo que contradice la idea que hay de Tamaulipas en el sentido de la violencia, ya que es una zona que está en paz y además está en desarrollo, pues los problemas siempre los habrá como todas las partes del país, pero he tenido una buena impresión desde mi llegada.
¿Los habitantes son como se los imaginaba?
No, yo pensé que era una zona un poco menos religiosa, siempre es así en la parte del norte pero me doy cuenta que hay muchas personas del occidente que han venido a fomentar todo esto en el sentido religioso; Michoacán, Jalisco, Guanajuato y Zacatecas, hay mucha gente que ha emigrado y con los valores de estas personas, la zona se ha enriquecido y hay una gente muy religiosa, muy comprometida con la fe.
A nivel nacional se hablan muchas cosas de Tamaulipas, sobre todo negativas, ¿las había escuchado?
Creo que son varios Tamaulipas de los que se puede hablar, creo que las zonas con más violencia alcanzan a permear otras regiones que en realidad son totalmente distintas. Yo me doy cuenta que por esta zona, especialmente en la Diócesis, no deja de haber situaciones como en todos lados. Pero no hay el temor o el miedo, no existe esa violencia generalizada de la que tiene fama Tamaulipas normalmente.
¿Cuáles son los retos que se tienen que vencer en la región?
Son varios; a nivel de gobierno siempre habrá la preocupación de no bajar la guardia a la violencia.
A nivel nacional tenemos que ir fortaleciendo y ayudar a la familia, tenemos que ayudar a los jóvenes en la cuestión de Iglesia que se nos han ido de alguna forma, volver a involucrarlos en la vida eclesial, a darles su espacio, su lugar. También el problema sin duda siempre habrá cuestiones sociales que hay que estar al pendiente, como la pobreza, de los migrantes, aunque no es una situación muy complicada en esta zona sur como en la frontera, sin embargo son situaciones que hay que tomar en cuenta.
En el tiempo que lleva aquí, ha conversado con la población, ¿qué es lo que más les lastima?
Me lastima mucho de las personas siempre la falta de oportunidades para muchos jóvenes, creo que es una zona de trabajo que afortunadamente muchas familias viven, pero la orfandad quizá de muchos jóvenes es lo que más me preocupa, y esto hace que a veces tomen caminos equivocados o que simplemente no tengan nada que hacer y tengan que andar haciendo cosas que no se deben en perjuicio de su persona; yo que creo que la cuestión juvenil y la cuestión familiar es lo que más me preocupa y me duele cuando la gente expresa sus problemas.
¿Qué dicen los fieles católicos respecto a los gobiernos y los funcionarios públicos?
Les piden que no pierdan el contacto con la realidad de ellos, pues a veces cuando uno asume una responsabilidad de autoridad como que se pierde el piso, como que se desligan de las necesidades de las personas, especialmente de las más necesitadas, las más vulnerables, que requieren de servicios y que sean atendidos; a veces atienden más a la personas pudientes, a las personas que cuentan con negocios o dinero. Pero yo creo que las autoridades de esta zona tendrán que escuchar más y estar presentes en zonas de pobreza y necesidad.
La Iglesia ha sido y es blanco de ataques, particularmente por abusos a sectores vulnerables, ¿usted qué les puede decir?
Yo creo que la Iglesia somos un sector humano donde hay problemas también de todo tipo, creo que todos tenemos que trabajar por el bien de los niños y jóvenes.
La Iglesia es la principal promotora de valores, entonces hay actitudes que contradicen nuestra misión, nos duelen las personas que se ven involucradas en este problema, primero
las víctimas, sus familias y también los sacerdotes o las personas que puedan estar metidas en esto, pues es un dolor para nosotros.
Ya estamos trabajando, estamos un poco previniendo, activando protocolos y ayudando a todos a que los niños encuentren espacios de crecimiento en las escuelas, en los parques, en las iglesias y cuidarlos entre todos.
¿Cómo ve a la Iglesia del sur de Tamaulipas para este 2020?
Yo veo que este año que viene, primero la llegada de un nuevo obispo a nuestra Diócesis ha suscitado muchas esperanzas al igual que para mí, entonces creo que a los sacerdotes los veo entusiasmados, los grupos apostólicos que trabajan en la Iglesia también los veo con mucho entusiasmo; creo que será un buen año para nosotros, de retomar caminos que por la salud y por la muerte del obispo anterior -José Luis Dibildox- como que se habían detenido, entonces creo que será un buen año para la Iglesia en el sentido de retomar y fortalecer el camino que se venía siguiendo.
¿Qué considera que le depara a México con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador?
Estamos en vísperas, estamos caminando pues no hay seguridad, pero creo que hay mucha confianza en un buen sector de las personas y pues queremos desear lo mejor para ellos, porque si les va bien a ellos, nos va bien a todos.
La política del Presidente de México apoya a los más vulnerables, pero hay un sector de la sociedad que está en contra de que la mayoría del presupuesto sea destinado a los pobres. ¿Qué piensa sobre este tema?
El desarrollo tiene que ir en camino, no se trata de un paternalismo porque se cambia de gobierno y volverán a la misma pobreza, yo considero que los recursos de la nación tienen que ir bien encausados para promover empleos, para promover desarrollo, para promover que las personas que están en ese sector puedan levantarse y que no llegue otro gobierno y regresen a la misma situación; yo creo que todos estamos conscientes de que son los más necesitados los que ocupan el recurso, pero hay que encausar bien los apoyos que se den, para que sea en beneficio y de un desarrollo más permanente para ellos.
¿Cómo ve las marchas o movimientos en contra de la violencia hacia la mujer?
Primero es algo que todos debemos de luchar, somos conscientes que la mujer sufre violencia empezando desde los hogares, con el machismo, con el vicio de los padres, con la falta de oportunidades para la mayor parte de las mujeres; primero es una lucha muy legítima y tendremos que seguir fortaleciendo, a veces la única manera de hacerse notar son con las marchas, yo creo que hay que estar pendiente de que no se esté cayendo del lado opuesto, que las marchas que vienen a protestar pues no vengan a vulnerar los derechos de las demás personas.
¿Cómo fomenta la Diócesis a su cargo una mayor participación de los laicos en la Iglesia?
El testimonio es fundamental con los sacerdotes, somos conscientes, un buen trato a las personas con celebraciones más significativas, sobre todo haciendo vida de lo que ahí celebramos, que la vida de las parroquias esté al pendiente de las necesidades de la gente, fomentando la unidad.
Yo creo que la mejor manera de ir es hacer que la Iglesia crezca, en comparación de otros movimientos que también hacen su esfuerzo, yo creo que estamos en un campo en donde todos tenemos ese derecho de proponer nuestras creencias.
¿A qué santo le tiene especial devoción?
Es San José; primero porque es un santo muy discreto, muy callado pero que tuvo una gran misión, nada más y nada menos que cuidar a su hijo y a la Virgen, las cosas más grandes que Dios tiene y ama; yo creo que Dios que conoció el corazón de San José supo de la grandeza de este hombre, ya que en la Biblia aparece poco y sin embargo es un gran intercesor y es el santo de mi devoción, incluso por mi nombre también, que es José Armando.
GINS