Con el objetivo de inhibir en Guanajuato más ataques armados en funerales y velorios, las autoridades municipales deben implementar operativos de protección y mantener estrecha comunicación con las áreas de seguridad y de panteones ante ceremonias luctuosas que presenten potencial riesgo, como aquellos donde el finado fue víctima de un homicidio doloso, así lo declaró Sophia Huett, Secretaria Ejecutiva del Sistema Seguridad de Guanajuato.
En los últimos tres años en la entidad se registraron 8 ataques a velorios y funerales, donde criminales asesinaron a un total de 30 personas.
- Te recomendamos Blinda Jalisco límites con Guanajuato ante ola de violencia Comunidad
“Esta tarea la tiene a cargo la autoridad municipal, toda vez que los panteones son una dirección o instancia municipal y eso tiene que ser una política o una práctica que se lleve a cabo en los 46 municipios. Ojala no llegue el caso de que sea necesario, en el entendido de que en Guanajuato los homicidios han venido disminuyendo, pero no hay que tomar a la ligera estos casos y es necesario que haya una presencia”
De estos ataques, tres tuvieron lugar en Celaya, dos en Jaral del Progreso, uno en Irapuato, León y en San Francisco del Rincón respectivamente, por lo que se sugiere dichos municipios deben poner especial enfasis en dichos protocolos de seguridad, al existir un antecedente previo.
“De hecho hay municipios en que si se llevan a cabo estos protocolos, hay municipios donde se conoce que se lleva a cabo un entierro o velorio sensible, hay presencia de la autoridad para dar un acompañamiento desde el tema del velorio e incluso el propio traslado a los panteones, el propio entierro existe una presencia, porque lo que se busca de este acompañamiento es que evite mayores víctimas”
Otro factor importante que debe tomarse en cuenta, es que estos ataques resultan en su mayoría producto de 'ajustes de cuentas' por la pugna entre grupos delictivos por el control del territorio, por lo que, pese a que algunos municipios del estado como Celaya, si cuentan con esta clase de mecanismos de protección, es la propia familia quien los rechaza por la presencia policial que ello implica.
DASH