Las cintas de precaución y peligro están rotas. Impedían el paso a un costado de la dulcería Cravioto pero no lo hacen más. Las personas pasan sobre la banqueta, unos miran y otros se siguen de largo.
El domingo, cerca del mediodía, la bodega de la dulcería se incendió, no hubo lesionados y elementos de Protección Civil estatal, municipales y bomberos del estado acudieron a apagar el fuego.
Protección Civil municipal de Pachuca citó al día siguiente a las cuatro de la tarde en las oficinas de la dependencia al representante del establecimiento para checar el paleo legal y las medidas de seguridad. No se presentó. Tras ello, la presidencia municipal colocó en la puerta los sellos 0087 y 0087 de inmovilizado.
Una de las ventanas de la dulcería está tapada con triplay, la otra solo tiene la protección de fierro. Sobre la banqueta quedan restos de chicharrones quemados, cacahuates, pedazos de cueritos comestibles y cinco botes de plástico chamuscados.
Protección civil municipal colocó en la puerta de la entrada un acta circunstanciada de hechos en la que argumenta que el inmueble está inmovilizado debido a los riesgos que representa el interior a causa de los daños del 19 de febrero causados por el incendio.
El documento menciona que el representante de la empresa no se presentó a las oficinas de Protección civil para tratar los asuntos sobre la seguridad del inmueble y que los sellos solo pueden ser retirados por elementos de la dependencia.
Sobre la puerta hay una cartulina fosforescente en la que se anuncia sin puntos ni comas entre mayúsculas y minúsculas: disculpe las molestias, los esperamos en nuestra sucursal plaza las Américas.
Alfonso Rico Morales, director de Protección Civil Municipal y Bomberos de Pachuca, dice que el representante legal de la dulcería deberá presentarse en la presidencia municipal para la revisión de sus documentos y la aplicación de la falta administrativa por no acudir a la cita el día lunes.
El funcionario revela que el inmueble está en riesgo de colapso y que el día del incendio, el cual se controló en cerca de una hora, el gerente de la dulcería no presentó el programa de protección civil del establecimiento.
“Al momento no lo tenían, el programa debe contener la ubicación de los extintores, salidas de emergencias, evacuaciones, puntos de reunión, los riesgos”, explica.
El director del Cuerpo de Bomberos del estado de Hidalgo, Jorge Alberto Montufar Badillo, dice no se tiene una cuantificación de las pérdidas ni a cuánto ascienden pues así lo ordenó el gerente de la dulcería argumentando que era una instrucción de su asesoría jurídica.
Menciona que se desconoce cómo se originó el incendio y que serán los peritos de la aseguradora quienes determinen en dónde se originó, a cuánto ascienden las pérdidas y si el inmueble está en condiciones de usarse.
“La dulcería tiene un área de dos niveles, el incendio inició en la parte baja en un área donde tenían guardada materia prima, es decir, una bodega”, dice, al tiempo de precisar que el establecimiento contaba con 13 trabajadores.
La cartulina fosforescente envía a los compradores para su atención a la tienda que está varios metros adelante sobre el mismo bulevar San Javier, en la plaza las Américas. Es martes y el sol está incontenible cerca de las dos de la tarde.
Ahí, en la otra tienda, los trabajadores no quieren hablar del incendio. Hay hermetismo. Dicen que no saben qué pasó, que no tienen conocimiento del tema. Guardan silencio. Un aroma a dulces reina en el lugar.