Durante los primeros diez meses este año, cada dos horas se ha presentado al menos un caso de maltrato infantil en el estado de Puebla y, a este ritmo, estaría cerca de llegar a los 5 mil casos, rebasando con facilidad las cifras alcanzadas durante 2022, en el que se reportaron 4 mil 483 registros.
El 21 de enero de 2021, el Congreso local modificó el Código Penal del Estado y aprobó penas de hasta 12 años de cárcel y multa por 20 mil 748 pesos para quienes incurran en el delito de violencia familiar contra menores de edad, pues el caso de la pequeña Yatziri indignó a la sociedad.
- Te recomendamos Vinculan a proceso a pareja que calcinó a familia en Zoquitlán, Puebla Policía
La niña Yaz perdió la vida el 28 de diciembre de 2020, luego de pasar varios meses en el hospital ante el maltrato de sus padres; Alejandra Viridiana N., Rafael N., así como su madrastra, Mónica Naxshely N., se les imputó también cargos por el deceso de la hermana de la menor, Mitzi Aidé.
Casi tres años después, los registros de la Fiscalía General del Estado (FGE) apuntan que del 1 de enero al 31 de octubre se han abierto 4 mil 186 carpetas por delitos que atentan contra la integridad de niñas, niños y adolescentes; lo que derivó en la investigación y aplicación de sanciones contra 4 mil 912 personas.
MULTIMEDIOS Puebla realizó un análisis de las cifras y obtuvo que cada 24 horas se reportan 14 casos de esta índole en la entidad, por lo que si la tendencia continúa, Puebla cerraría el año con 4 mil 900 casos y obtendría su peor registro en el combate a la violencia contra la población infantil.
Acorde al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), se define como maltrato infantil a “los abusos y la desatención de la que son objeto la niñez y adolescencia e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, negligencia y explotación laboral que puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad de la niña o el niño, así como poner en peligro su supervivencia”.
El panorama en Puebla no es muy alentador, considerando que los miembros de la familia son los principales perpetradores de la violencia contra los niños, con 3 mil 398 padres y madres bajo investigación en lo que va del 2023, según la FGE.
Pero ellos no son el único vínculo familiar con comportamientos violentos hacia los menores de edad, ya que también hay procesos contra 438 tíos, 359 padrastros, 302 abuelos y 215 miembros afines que comparten contacto directo con la víctima.
Violencia como educación
Nalgadas, pellizcos, ofensas, jaloneos, entre otras acciones; son algunas cosas que los padres de familia realizan, en ocasiones, al regañar a sus hijos o pedirles que hagan algo, pero, existe una delgada línea entre educar y violentar a los menores.
De acuerdo a lo compartido por la psicóloga de la Unidad Médica Integral del SMDIF, Patricia Niño, el maltrato infantil, son las acciones de control en las que un adulto abusa de su poder frente a un menor.
Entre estos tipos de violencia se encuentran el daño físico, que es el más notorio; el maltrato psicológico, son ofensas, apodos o burlas; la violencia social, se basa en comparaciones; el maltrato económico, en el que se obtiene recursos a través del infante y el abuso sexual.
El tipo de maltrato más común es el daño psicológico, seguido del físico, y ello se refleja en datos, pues de acuerdo a la asociación Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, cada mes los hospitales del país reciben a mil 200 niños y niñas con lesiones causadas por sus padres.
A través de un sondeo con poblanas y poblanos, se detectó que los golpes e insultos de los padres hacia los hijos están normalizados, toda vez, que lo entienden como una forma de educar. Panorama que se ha repetido desde años atrás.
“Los deben de educar, aunque hay algunos que ya se pasan, y si se les pega hay que explicarles por qué”, fue parte de lo que compartió la señora Irma Rojas.
En contraste, los poblanos comentaron que es importante enseñar a los niños y niñas a reconocer los diferentes tipos de abusos para pedir ayuda en caso de ser necesario. Respecto al tema, la mayoría de los ciudadanos coincidió en que no conocen a qué instancia denunciar los abusos contra los menores.
El coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, Juan Martín Pérez, compartió que la Universidad Nacional Autónoma de México realizó un estudio en 2018 en el que encontró que 6 de cada 10 personas reconocían los derechos de las infancias, 2 de cada 10, decía que deberían tener solo los derechos que permitieran los padres y 2 de cada 10 no reconocía los derechos de sus hijos.
Este panorama da como resultado que el 40 por ciento de la población vea “normal” agredir a sus hijos físicamente.
“A veces, si no les da uno un chanclazo no entienden, pero claro, hay un límite”, expresó Alicia Mixcoatl, madre poblana.
Las consecuencias de estas acciones se reflejan a corto y largo plazo, algunas de manera permanente; con base en lo compartido por la psicóloga, las más comunes son: depresión, ansiedad, temor, rechazo de pareja o codependencia y baja autoestima e incluso el consumo de sustancias nocivas.
En este sentido, existe el “otro lado de la moneda”, menores que replican y normalizan violencias.
“Antes de que me peguen, yo pego primero, yo soy más inteligente, yo mando, antes de que me griten, yo pego primero”, explicó la especialista en salud mental.
Un problema con costos sociales
Puebla capital es el municipio líder en maltrato infantil durante el año, con 3 mil 313 denuncias; no obstante, otras demarcaciones con un número considerable de casos son: Tehuacán, con 395; San Andrés Cholula, con 301; San Pedro Cholula, con 245; Amozoc, con 235; y Atlixco, con 232.
A comienzos de 2023, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó que, en México, el 63 por ciento de los menores de 14 años sufren agresiones físicas y psicológicas como parte de su formación, lo que representa a un aproximado de 24 millones de niñas y niños.
“Los costos sociales y económicos de la violencia son altos y a menudo son para toda la vida, incluido el bajo rendimiento escolar, un mayor riesgo de desempleo y pobreza, así como una asociación a pandillas o crimen organizado”, externó Unicef tras advertir que los métodos violentos como gritos, golpes y humillaciones para educar a niñas, niños y adolescentes están muy normalizados en el país, donde 6 de cada 10 menores han experimentado algún tipo de disciplina violenta o maltrato en el hogar.
Recomendaciones
Patricia Niño recomendó a los padres de familia fortalecer los valores en casa, iniciando por el respeto y la disciplina, abundó que poner límites claros a las infancias es el primer paso para evitar conflictos.
La comunicación y el establecimiento de acuerdos se sumaron a las recomendaciones para evitar caer en acciones violentas contra los infantes, la psicóloga añadió que en el DIF municipal, a través de la plataforma Equilíbrate, cuentan con contenido para orientar a los tutores a tener una crianza responsable.
Juan Martín Pérez indicó que los padres deben apegarse a respetar la ley y recordar que los niños y niñas no son propiedad de los padres o tutores, por lo que tienen derechos propios que se deben proteger.
Para evitar que los menores amenacen sin motivo a los padres y conozcan cómo utilizar las herramientas que los protegen de manera adecuada, es importante que cuenten con una persona de su confianza a la que le externen cualquier inconformidad y se debe establecer un diálogo de acuerdos.
En caso de conocer algún caso de maltrato infantil o ser víctima, se puede recurrir a los números de salud mental del Sistema Municipal DIF, 22 15 90 60 93 y 22 22 14 00 00, extensión 225, área Jurídica, Departamento de Protección a los Derechos del Menor, la Mujer y la Familia.
AAC