Este año Diana Laura Fabián López, una joven mujer, conmemoró de manera diferente el Día de la Candelaria a causa de la pandemia de covid-19, contingencia que ha modificado cada una de las festividades religiosas y sociales en el mundo.
Diana Laura cada año acostumbra celebrar esta fecha acudiendo a misa junto con su familia, sin embargo, este año por la pandemia hubo restricciones que le impidieron continuar con esta tradición.
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La diócesis de Tula impidió hace algunas semanas las celebraciones litúrgicas con público para evitar contagios, y por ello las parroquias de los municipios con semáforo epidemiológico en color rojo suspendieron las programadas por el Día de la Candelaria, cuando se bendice a los niños Dios de las familias, los cuales fueron arrullados la noche del 24 de diciembre.
A causa de este motivo Diana Laura junto con su esposo y sus dos pequeños hijos sólo siguieron a través de redes sociales la celebración litúrgica; son padrinos de un “niño Dios”. Escucharon la misa y por la tarde fueron a entregar la figura a sus “compadres”.
“Este año vivimos la tradición desde el hogar; nosotros escuchamos misa en casa y ahorita nada más vamos a entregar el niño Dios y nos regresamos a casa. Ahorita por la pandemia no podemos festejarlo, es triste porque no estamos como antes en familia; esta pandemia nos ha traído tanto cosas malas como buenas, pero hay que saber sobrellevarlas”, dijo Diana mientras continuaba su camino junto a su familia por la zona centro de Atotonilco.
Esta conmemoración católica se da en honor a la virgen de la Candela, festividad que se oficializó el 2 de febrero de 1497, y la cual se relaciona con la presentación de Jesús en el templo, cuarenta días después de su nacimiento, con ropón, como ahora se acostumbra con las figuras de “niño Dios” en este día.
Pero este año las restricciones redujeron las ventas de accesorios para vestir a las figuras, y no solo eso, sino también las restauraciones de las mismas, tan recurrentes. Así lo dice una pareja de jóvenes, quienes desde diciembre y hasta este 2 de febrero trabajan en la restauración de las figuras de yeso.
El trabajo se redujo en un 60 por ciento, dice uno de ellos en el portón de una vivienda de la calle República de Cuba, en la zona centro de Atotonilco, mientras aplica pintura a una de las imágenes que le fue encargada; desde hace 10 años estos jóvenes laboran en la restauración; esperan que el siguiente año sea mejor, porque en este 2021 se redujo considerablemente el trabajo.