Con un amanecer nublado y llovizna constante, el Domingo de Resurrección se volvió, para la mayoría, un día de guardar, estar en casa y convivir en ese entorno con la familia.
Aunque no faltaron aquellos que, a pesar del mal clima, salieron a la calle y buscaron en alguna iglesia o algún sitio turístico pasar el último día de las vacaciones de Semana Santa.
Además, en el ambiente se notó que el sábado no hubo gloria para los equipos locales de futbol, y pesó en el ánimo de los regios las derrotas sabatinas de dos goles contra uno de los Tigres en casa frente al Mazatlán, y de los Rayados de visita contra el América.
A diferencia de días anteriores, en los que para las 10 de la mañana ya “habían vendido todo”, este domingo la afluencia de personas al centro de los paseos en Monterrey, la Alameda Mariano Escobedo, lució escasa.
En especial, sobre la calle Washington en que Jueves, Viernes y Sábado Santo se apreciaron a muchos niños con sus padres en el lugar, mientras que el domingo los pequeños brillaron por su ausencia.
El único destino que tenía camión completo, comentó Lucy Arriaga, promotora de los viajes que oferta una reconocida empresa de transportes de la localidad, era el de Bioparque Estrella.
Y con menos ocupación los que se dirigían a lugares cerrados como museos o al municipio de Bustamante.
“Con este frío y esta lluvia estamos prácticamente en la resurrección, ahí vamos”, comentó Alejandra Pérez a bordo de una de las unidades cuyo destino era el citado parque.
“Aprovechamos estos días en familia”, agregó María Rodríguez que se encontraba algunos asientos atrás.
Por su parte Efraín López, acompañado de su familia, con chamarras, impermeables y paraguas, como casi todos en el sitio, compartió que estar en familia era parte importante de unir la fe con los días de descanso o vacaciones.
En ese sentido, precisó, el mal tiempo no iba a ser pretexto para quedarse encerrados en casa.
“Son días de reflexión, no sé cómo explicarlo, y no solo ahorita sino de siempre, no solo cuando son días santos.
“Son días que, aunque esté el tiempo así, convivir con la familia, no porque esté así decir no salemos y encerrarte y quitarle el gusto al niño”, expresó.
Por el lado de las iglesias, el panorama fue similar, un mínimo de gente dándose cita al templo para celebrar el día.
En el caso de la Catedral de Monterrey, por ejemplo, por la mañana había más elementos de seguridad del municipio que feligreses, dado que, de acuerdo con uno de los oficiales, adentro solo había dos personas; y afuera era media docena de policías, alguno de ellos acompañado de su perro, los que resguardaban el lugar.
Sin embargo, ante un panorama sombrío, en la Basílica de Guadalupe se tuvo una mayor asistencia, sobre todo de personas adultos mayores.
Destacar que, debido a la lluvia, el pavimento resbaladizo y el exceso de velocidad, entre otros factores, en un breve lapso la avenida Morones Prieto se convirtió en escenario de tres fuertes accidentes viales.
El primero de ellos antes de llegar a Garza Sada y con un vehículo que terminó en pérdida total.
Luego, más adelante dos volcaduras, una de ellas a la altura de Revolución y la otra bajo el puente Guadalupe.
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