Don Santos Salazar Ahumada este día cumple 101 años y es uno de los personajes más reconocidos en las colonias Cascajal y Morelos en Tampico por su oficio peluquero que le ha permitido atender a muchas generaciones.
A lo largo de su vida le ha tocado cortar el pelo a generales y personalidades destacadas, incluyendo a Pepito “el terrestre” quien gustaba de asistir a su negocio.
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“Tenía que sentarlo en un banco pequeño, porque de lo contrario no lo alcanzaba si se sentaba en la silla, era muy alto; siempre pedía el pelo muy corto al estilo militar. Recuerdo que sus manos también eran enormes”, declaró sobre este personaje emblemático de Tampico cuyo monumento se ubica en la Plaza de Armas.
Nacido el 2 de noviembre de 1920 y originario de Tempoal Veracruz, comenzó a trabajar muy joven en el municipio de Tampico, precisamente en una peluquería hasta que a los 20 años se independizó en la colonia Cascajal.
Fue en este municipio donde hizo su vida. Logró procrear con su difunta esposa 10 hijos y después su familia creció. Ahora tiene 28 nietos, 34 bisnietos y dos tataranietos, un enorme legado que lo aprecia y cuida.
A lo largo de sus 101 años dijo que le ha tocado presenciar la furia de la naturaleza, pues en los años 30 dijo que le tocó presenciar uno de los peores huracanes, con fuertes vientos. También la inundación de 1955, lo cual calificó como una catástrofe.
Es sobreviviente de enfermedades pandémicas que han azotado Tamaulipas, como es el caso de la influenza y en este caso la actual por el covid-19. Afortunadamente ha mantenido las medidas preventivas de higiene y no ha enfermado.
Lleno de vida y activo todavía en la vida laboral, atiende a sus clientes aunque ya se ha alejado del negocio. Personas que siguen siendo fieles a su trabajo y les gusta cómo les deja el corte de cabello lo buscan en su casa en calle Lerdo de Tejada de la colonia Morelos.
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Por sus tantos años al servicio, recibió un diploma por parte del Comité Vecinal de la Colonia Cascajal tras reconocer su trayectoria y con mucho cariño, ya que ha atendido a abuelos, padres e hijos de una misma familia.
Reveló que no hay secreto para subsistir por más de 100 años, simplemente una buena alimentación, el trabajo y el amor de su familia que lo han sacado adelante. Agradece a Dios su salud, aún puede caminar sin necesidad de algún bastón.
SJHN