La sociedad mexicana se acerca a una peor realidad en comparación con la que se vivía antes de la pandemia del covid-19 porque se mantienen en aumento los casos de violencia, la desigualdad y la fragilidad democrática, alertó David Fernández Dávalos, secretario ejecutivo de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL) y ex rector de la Universidad Iberoamericana Puebla.
Durante la Semana de Investigación que organiza la Universidad Iberoamericana Puebla, Fernández Dávalos resaltó que la sociedad se acerca a los 365 días alejada de casi todas las actividades presenciales, lo que propicia una infinidad de acciones performativas para demostrar la unidad entre unos y otros; sin embargo, al mismo tiempo, se están presentando diferentes complicaciones.
“Han surgido múltiples análisis y previsiones de cómo será el mundo cuando la enfermedad haya sido controlada. Sin embargo, el mayor miedo es regresar a una realidad peor que la prepandémica”, expresó.
Lamentó que, durante los casi doce meses de confinamiento, se registre un aumento de la violencia contra las mujeres y contra la infancia; además, se ampliaron las necesidades básicas y se hicieron evidentes las carencias del sistema de salud.
“De igual manera, la crisis ambiental, la desigualdad y la fragilidad democrática prevalecen como las problemáticas más agudizadas”, lamentó.
El ex rector de la Ibero Puebla expresó que existen poblaciones para las que el confinamiento no es ajeno, en particular, las personas migrantes que permanecen privadas de sus derechos en centros de detención en las fronteras de México.
“Muchos de ellos esperando sentencia. Del confinamiento forzado no pueden salir mejores personas ni sociedades mejores. Esta pandemia es una oportunidad para repensar lo social”, indicó el secretario ejecutivo de la AUSJAL.
Para Fernández Dávalos, las universidades latinoamericanas jugarán un papel fundamental en la construcción de nuevos modelos de desarrollo y, para ello, es necesario transversalizar la sustentabilidad de las investigaciones y asumir la interdependencia de los elementos que componen a los sistemas de conocimiento.
“Es fundamental trabajar de manera colaborativa para desentramar los mundos posibles a partir de la realidad actual, así como crear mecanismos que propicien la sinergia entre los sectores público, privado y social en torno al conocimiento científico”, expresó.
Por su parte, Mario Patrón Sánchez, rector de la Ibero Puebla, destacó que, ante la agudización de todas las vulnerabilidades que ya aquejaban al país, la investigación generadora de conocimiento está llamada a ser la voz que instruye la transformación de la realidad de los más desposeídos.
Para Patrón Sánchez, es necesario ensayar nuevas aproximaciones que reconozcan solidaria y amorosamente los esfuerzos de resistencia y de lucha; mientras que el quehacer investigativo actual requiere de perspicacia creativa para trazar nuevos senderos de viabilidad.
“La investigación debe encausarse como un vehículo para la resiliencia comunitaria que haga frente a las dinámicas globales que han desestructurado los ámbitos locales. Al mismo tiempo, los esfuerzos han de traducirse en aproximaciones sensibles que rechacen el oportunismo y que miren compasivamente las heridas provocadas por el debilitamiento del tejido comunitario”, expresó.
AFM