Oriundo de Ocampo Guanajuato, Guadalupe Bárcenas con 80 años de edad ha recorrido varios kilómetros con bastón en mano y aguantado a su vez, fríos y cansancio, para visitar a su Santísima Virgen de San Juan de Los Lagos, resaltando que este mismo cansancio que ha sobrellevado, no era el suficiente para apagarle a la virgen todo lo que ha hecho por él.
Entre sollozos, fue que el señor Guadalupe, expresó que cada caminata hacia San Juan de Los Lagos ha valido la pena, y que su fe era más grande que el dolor en su cuerpo tras recorrer una distancia de Ocampo hasta León y lo faltante para llegar a la tierra prometida.
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”El señor obispo nos comentaba, que no se ha sabido nunca que la santísima virgen haya hecho un milagro, pero si ella se lo pide a su hijo, qué le puedo negar, entonces, yo considero que todos y cada uno de los que vamos aquí, y de los que no van, ella nos escucha y nos regala lo mejor como nuestra mamá aquí en la tierra a todos nosotros sus hijos”, dijo.
Enfatizó que la virgen se le ha manifestado de varias formas, desde aliviarle dolores, hasta mandarle trabajo para que pueda solventarse económicamente, siendo fundamental para él, esto debido a que no cuenta ya con el apoyo de sus hijos, destacando que el cansancio en la caminata pesa, pero que la soledad "ah cómo dolía" tras el abandono de sus hijos y la pérdida de su esposa.
“Vengo solo en esta ocasión, y ya en esta ocasión ya me pesó más el camino, pero Dios dirá, y si no, si me da licencia, aunque sea en autobús (…) Y no me queda de otra que decirle, madre mía, aquí estoy. Se me ha manifestado en cualquier necesidad, que veo al cielo y digo ´ayúdame madre’, sea trabajo sea quehacer, sea una perdida (…) Hay veces que siento problemas, he tenido accidentes y yo no sé cómo recibo ayuda, me pone los medios necesarios para salir adelante, inclusive en la necesidad de alimentarse uno”, manifestó.
Compartió que a pesar de haberse interrumpido las peregrinaciones un tiempo por la pandemia, su fe y devoción por la virgen de San Juan de Los Lagos creció aún más, resaltando que no tenía palabras para explicar su sentir por ella y por los milagros que le ha concedido en su vida.
”Por eso, es más grande vivir en el cansancio, por eso, con qué le pago a mi madre santísima, gracias madre mía por todas tus bondades (…) Venimos de todo San Miguel de Allende, todo Celaya, y aquí vamos con la bendición de mi santa madre a esperar a mi madre”, explicó conmocionado.
El señor Guadalupe, dijo que ya esta podría ser su última peregrinación a pie, esto debido a que tiene un dolor de columna que ya no le permite aguantar más. Y así como el señor Guadalupe Bárcenas, es que miles de peregrinos, tienen historias que contar, historias que demuestran que la fe, lo puede todo.