Diego Garza es un músico mexicano que lleva 18 días varado en Lima. Se fue a vivir a Perú hace más de un año en busca de oportunidades laborales, pero la pandemia de covid-19 frustró todos sus planes.
A principios de octubre la embajada de México en Perú lanzó una convocatoria para que, ciudadanos mexicanos y extranjeros residentes en México que continuaran en el país andino contrataran, si así lo deseaban, a una agencia de viajes que organizaba un vuelo especial de repatriación.
"La Embajada de México apoya exclusivamente con las gestiones para la autorización que otorgan las autoridades peruanas para hacer posible dichos vuelos, por lo que carece de otro tipo de relación con la agencia citada", explicaba la embajada en el aviso publicado en sus redes sociales el 2 de octubre.
Diego, de 37 años de edad, lo vio como la oportunidad para regresar a México junto a su perro de apoyo. Un labrador de apenas 11 meses llamado Navy que lo ayuda con el trastorno obsesivo compulsivo que le diagnosticaron desde que era niño.
"Él me acompaña en todo momento, es peruano, nació acá en Perú y fue certificado como mascota de compañía o perro de compañía en Perú, tengo todos los certificados, es como viajar con otra persona, tiene que tener toda su documentación en regla y la tiene, tiene todo", cuenta en entrevista para MILENIO.
Decidido a regresar a casa en medio de la emergencia por la pandemia, realizó el trámite con la agencia de viajes JG Conexiones/Tour Perú 3G que ofrecía volar directo a la Ciudad de México el pasado 07 de octubre , e incluso, avisó que viajaba con su perro de apoyo.
"Obviamente, yo, a ésta agencia de viajes les dije que viajaba con mi perro, con equipaje, incluso les di el peso de Navy, les di el tamaño de su transportadora y las palabras textuales fueron que 'como era un vuelo de repatriación, pues que, si ellos querían transportar un caballo podían hacerlo", relata en un video que compartió con MILENIO.
Sin embargo, llegado el día todo se arruinó. Estando a punto de abordar personal de la aerolínea Sky Airline le informó que Navy no podía subir al avión.
"Porque entre su peso y la transportadora excedían el peso permitido que era de 45 kilos y tenía que ser manejado por el área de cargo. Pero siendo que era un vuelo de chárter pues el área de cargo de ellos no estaba funcionando", recuerda.
La noticia le cayó como balde de agua fría, su plan era regresar a México por lo que, de cara al vuelo, cortó lazos con Perú. "Dejé mi departamento, dejé todas mis pertenencias porque iba regresar".
La embajada de México en Perú lo ayudó desde ese día hospedándolo en un hostal. Pero, sin trabajo, debe gastar algunos ahorros que tiene en alimentos para él y Navy, además de conseguir los medicamentos que necesita. La agencia de viajes no ha devuelto nada de lo que pagó.
" Desde el día 7 (de octubre) duermo en el hostal y al ver que no había respuesta de la embajada fui a dormir (afuera de) la embajada por dos días y una noche (...) no se me dio el acceso a la embajada pues por la pandemia estaba cerrada", relata.
Ha intentado buscar otra manera de regresar a casa, pero las opciones que ha encontrado no le favorecen.
"Desde el día que no se me permitió abordar el vuelo me dedico durante el día a cuidar de Navy y él de mi. Además de buscar opciones para mi regreso. La única forma de volar a México es por medio de viajar a otro país, ya sea Colombia o Ecuador, pero los vuelos que hay son de demasiadas horas que Navy no aguantaría, mi perro no aguantaría tantas horas de vuelo", explica.
Relata con cierta desesperación que en la embajada de México le han dicho que en noviembre se abrirán los vuelos de regreso, pero lamenta que, hasta la fecha no ha recibido "ningún tipo de reembolso de la agencia de viajes que, la embajada avaló para el vuelo de repatriación, el cual me costó mil 340 dólares (cerca de 27 mil pesos) y no tengo respuesta".
Además sabe que un problema más se avecina en el horizonte, como cuenta a MILENIO, "con el rebrote que está sucediendo es una moneda en el aire, pues las fronteras se podrían cerrar nuevamente en cualquier momento; así que no hay nada seguro para mi regreso, ni si quiera en noviembre por un vuelo comercial".
Por eso, pide ayuda al gobierno mexicano "me he tratado de comunicar con el canciller, Marcelo Ebrard. Con el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Lo que pido, realmente, es el apoyo para sacarme de aquí, no sería la primera vez, hay casos muy recientes, han mandado aviones por una sola persona y yo no creo estar pidiendo algo fuera de lo normal, lo único que quiero es regresar a mi país", concluye.
dmr