Un sistema de cuerdas y palos incrustados en el lodo es la
forma emergente para que las lanchas de los pescadores puedan llegar hasta zonas más profundas de la laguna del Chairel, que tiene niveles históricos debido a la falta de lluvia.
Héctor Manuel Vázquez García es un pescador tampiqueño que habita en la colonia “Pescadores”, que se encuentra en el margen del río Tamesí, una zona donde la mayoría depende de la pesca de varias especies.
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“Lo que estábamos comentando es sobre el problema del agua porque allá ya está seco, entonces se batalla mucho para ir a pescar del otro lado de la barda, en el Chairel”, comenta el jefe de familia y principal aporte de recursos del hogar.
El recurso para subsistir en un puerto turístico es la tilapia, producto que es originario de la laguna, la cual en estos momentos tiene niveles históricos menores a los 20 centímetros, de acuerdo a lo que se muestra en la bocatoma.
Desde la colonia Pecadores primero recorren un tramo pequeño por el Tamesí hasta llegar a una barda que separa el agua de la laguna del Chairel (a la altura de la bocatoma de Comapa), ahí ya comienza el problema, porque en sitios donde debería existir agua, ya no la hay.
“De hecho andamos en tierra, para jalar la lancha, tenemos que bajarnos al monte y andar entre el lodo sacando la lancha, son como 30 metros que tenemos que jalar la lancha a pie”, señaló el pescador.
Los hombres que tienen en la laguna el sustento de sus familias lograron hacer una especie de guía, una cuerda amarrada a una serie de palos que ayudan a jalar la lancha entre el lodo y la vegetación, un sistema que les ayuda llegar al agua y poder pescar.
Utilizan varas para impulsar las embarcaciones desde arriba de la lancha, mientras su compañero la empuja desde los charcos de lodo que se pueden observar en diversos puntos de la laguna que hace algunas semanas tenían aún agua.
Los activistas de Tampico, tal es el caso de Abianez Sánchez, fundadora de Nutrias con Causa, aseguró que se requieren medidas y acciones emergentes enfocadas a frenar la afectación.
“Las sanciones ya son una opción”, refirió la ambientalista, al referirse de todas aquellas personas, de ciudadanos que sean detectados desperdiciando el agua en sus colonias y al realizar sus actividades diarias.
Se tienen que identificar las fugas y eliminarlas, además de comenzar a tomar acciones como racionar el vital líquido, porque no solamente se habla del suministro de agua a la zona sur, también la economía de cientos de pescadores.
Por ejemplo, un pescador de Tampico que acostumbraba a sacar 40 o 50 kilos de tilapia del Chairel ahora no alcanza ni a los 20 kilos, los bajos niveles del sistema lagunario ha afectado ya la economía de las familias.
“De gasto son de $600 a $700, ahí está la merma, perjudica porque los motores se joden, entonces ahí está otra inversión que hay que cubrir”, declaró el pescador tampiqueño.
SJHN