Pese a restricción, fieles visitan al Señor de las Maravillas

Pese a la pandemia del coronavirus y que el templo se encuentra cerrado, fieles, vendedores ambulantes y hasta un grupo de mariachis se dieron cita para el tradicional festejo al Señor de las Maravillas.

Al santo milagroso acudieron cerca de 150 personas para pedirle que ponga fin a la crisis sanitaria. (Melanie Torres)
Al santo milagroso acudieron cerca de 150 personas para pedirle que ponga fin a la crisis sanitaria. (Melanie Torres)
Al santo milagroso acudieron cerca de 150 personas para pedirle que ponga fin a la crisis sanitaria. (Melanie Torres)
Al santo milagroso acudieron cerca de 150 personas para pedirle que ponga fin a la crisis sanitaria. (Melanie Torres)
Rafael González
Puebla /

Sin mantener la sana distancia y sin portar de manera correcta los cubre bocas, fieles poblanos acudieron a festejar al Señor de las Maravillas al Templo de Santa Mónica, ubicado en la calle 5 de Mayo y la avenida 18 Poniente del Centro Histórico de la ciudad, a pesar de que este recinto se mantiene cerrado. Personal de Protección Civil acudió a desalojar a quienes se congregaron, pero se encontraron con la renuencia de varios creyentes, quienes argumentaron que su fe los protegía.

Incluso, los elementos tuvieron que solicitarle a un grupo de mariachis que pararan la ejecución de su música y evitaran la aglomeración de los católicos, quienes querían acompañarlos al entonar "Las Mañanitas”.

Ante la insistencia de los creyentes, el personal de Protección Civil amagó con la colocación de cintas de precaución acordonando la zona e impedir la permanencia de las personas, lo que al final ya no se realizó.

También solicitaron a los vendedores ambulantes apostados sobre la 18 Oriente-Poniente que se retiraran, lo que por minutos ocurrió ya que los vendedores de imágenes, veladoras, pulseras y demás enseres emplearon unos diablitos para exhibir su mercancía.

Minutos más tarde retornaron, lo mismo que los vendedores de tamales y atoles, quienes poca vendimia tuvieron ya que al sitio arribó una familia para donar esos alimentos. Después, llegaron tres mujeres para distribuir de forma gratuita pozole y tostadas.

Fue entonces que Protección Civil pidió y vigiló la fila que se formó, y les proporcionó gel antibacterial así como cubre bocas para quienes no lo llevaban.

Al santo milagroso acudieron cerca de 150 personas para pedirle que ponga fin a la crisis sanitaria que prevalece en Puebla por el alto número de contagios de covid-19.Algunos otros portaban imágenes del Señor de las Maravillas y hubo quienes llegaron con arreglos florales e intentaron que el sacristán las recibiera, pero les explicó que no podía hacerlo y los invitó a seguir las misas, de las 10 y 12 horas y el rosario vespertino a través de Facebook.

Agradecimiento y fe

María es una joven madre de familia, tiene un menor de 3 años cuya gestación y nacimiento encomendó a la milagrosa imagen religiosa, la cual, en su decir, le cumplió lo que le solicitó.

Por ello y en agradecimiento, la mujer prometió como manda acudir al templo en cada fiesta del Señor de las Maravillas, lo que ha cumplido a pesar de reconocer que sintió miedo por un posible contagio.

“Pero al llegar aquí supe que nada me iba a ocurrir y que voy a estar bien (…) eso fue lo que le pedí y le agradezco porque sé que se va a cumplir”, señaló tras terminar de rezar por espacio de 15 minutos frente a las puertas de acceso.

Por su parte, uno de los vendedores ambulantes se mostró contento porque tras dos meses de mala venta en esta ocasión logró vender sus productos.

Contó que desde la declaración del confinamiento social cerró la iglesia lo que provocó que dejaran de vender.

“Venimos de las once a la una de la tarde. Es cuando nos dan chance, pero casi nada vendemos. Los fines de semana son mejores, aunque no se compara con lo que veníamos vendiendo”.

Por último, indica que esta crisis es peor que la que vivió tras el sismo del 19 de septiembre de 2017 ya que entonces la gente pudo acudir al Templo y rezar sin restricciones. “A la gente la movió su fe y venían para ver en qué podían ayudar o para pedir que se rescatara el Templo. Venían muchos y ahora ya no, incluso no hay turistas. Ellos nos compraban mucho”.


mpl / lee

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