Pichirilo y Manchas tienen sus historias de vida, y ahora se han convertido en grandes amigos, que hasta se comparten el alimento y juegan sin importar que no pertenezcan a la misma familia animal.
Pichirilo es un lomito que fue rescatado, ya que fue abandonado entre el monte siendo un cachorrito.
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Una joven del ejido Candelaria, que se ubica en la parte baja de San Pedro, Coahuila, fue quien hizo la buena obra y lo llevó a su casa, donde ha crecido y ya casi cumple un año.
Manchas, un cerdito que nació hace como dos meses, en el corral de la misma casa donde vive Pichirilo, fue el único que se logró, ya que las otras crías, nacieron incompletas, debido a que cuando su mamá cerda estaba preñada, se registró el eclipse total de sol, y el fenómeno, dicen, les afectó.
Pero ellos, sin importar razas, se han convertido en los mejores amigos, todo el día se la pasan juntos, juegan, corren, se consienten y hasta comparten sus alimentos. De hecho, a Manchas le gustan mucho las croquetas de Pichirilo, algo no muy común para un cerdo.
Esto sorprendió a los habitantes de la comunidad y a la familia Torres, con quien viven estos dos simpáticos animalitos, ya que nunca los ven separados, y cuando uno no está, el otro se siente inseguro e intranquilo, hasta que se vuelven a encontrar y siguen siendo felices juntos.
DAED