En Puebla, el número de emergencias 911 registra al día, en promedio, 36 llamadas de mujeres pidiendo ayuda por diferentes circunstancias; mientras que, de enero a mayo, se tienen registrados por parte de las autoridades, nueve feminicidios, aunque la cifra real podría ser cuatro veces mayor ante los asesinatos de mujeres.
De acuerdo con el análisis de Ana Laura Gamboa Muñoz, responsable del Observatorio de Violencia Social y de Género de la Universidad Iberoamericana Puebla, el panorama de violencia y agresiones contra las mujeres empeora.
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Ante el feminicidio de Monserrat, mujer de 38 años de edad cuyos restos fueron encontrados en poder de su pareja, Álvaro 'N', la especialista destacó que se trata de un hecho que lastima y compete a toda la sociedad para impulsar acciones contra la violencia de género.
“De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Puebla se ubica en el sexto lugar con más llamadas al 911, es decir, 36 mujeres al día descuelgan el teléfono y piden auxilio. La violencia nacional aumentó a nivel nacional 7.6 por ciento y en este conteo oficial, los homicidios y los feminicidios han aumentado. Hasta mayo, tenemos 344 feminicidios en el país y Puebla ha registrado nueve, pero en el Observatorio, hasta el caso de Monserrat, tenemos 32”, apuntó.
Al mismo tiempo, la investigadora de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita lamentó que los números oficiales sean menores a la realidad y, en particular, los casos de feminicidios podrían ser más a los casos que las autoridades reportan.
“Estamos hablando, justamente, de una diferencia importante y esta diferencia tiene que ver con la acreditación del delito y que, por tanto, no se está investigando, no todos ellos, se están investigando desde una perspectiva de violencia de género”, expresó.
En entrevista para MULTIMEDIOS Puebla, Gamboa Muñoz explicó que existe un protocolo de investigación ante los casos de violencia contra las mujeres y ante los feminicidios y ahora el reto se encuentra en que se castigue a los responsables.
“Nos damos cuenta de que, respecto, al número de carpetas por feminicidio, muy pocas de ellas, terminan en sentencia. Entonces, para hablar de justicia, es necesario identificar cuál es la responsabilidad del estado en la materia y, por tanto, no solamente, tendían que haber modificaciones en normas o protocolos, propuestas de ley, a la par, tiene que haber un cambio sociocultural”, apuntó.
Ante el panorama, el reto de todos los integrantes de la sociedad es impulsar una nueva cultura para entender la feminidad y la masculinidad para prevenir y desnaturalizar las formas de dominación y control que se traducen en daños y en violación a los derechos humanos, añadió la responsable del Observatorio de Violencia Social y de Género de la Ibero Puebla.
“En ese sentido, existen, en términos culturales, instituciones como la familia, los medios de comunicación, las propias formas de entender la feminidad y la masculinidad. Entonces, hablar de prevención, no solamente significa la reparación del daño cuando ya sucedieron los casos, sino como desnaturalizamos todos y cada uno de los días, desde nuestro quehacer, desde nuestro trabajo y desde nuestras propias relaciones de pareja, estas formas de dominación y control que no solo van dañando a las mujeres, sino que también, pues, violenta los derechos humanos”, finalizó.
AAC