Luci preguntó la hora a Dolores Baños Hernández, a quien todos los menores llaman "Lolita" y quien es policía escolar, y con rostro preocupado, siguió caminando por la acera frente a la escuela Everardo Márquez, ubicada en la colonia Periodistas.
Cuarenta minutos antes de este suceso, cientos de niños y niñas salían sonriendo de la escuela con una bolsa de dulces en la mano, y la boca pintada de color rojo después de haberse comido una paleta de hielo sabor grosella que fueron repartidas a la salida de la escuela, a las 13:00 horas, hoy por ser Día del Niño y la Niña.
"Hubo una payasita en la mañana que nos hizo reír mucho, jugamos con nuestros juguetes y nos regalaron dulces", expresó sonriente Renata Butrón Pasquel, quien cargaba amorosa a su muñeca que le trajeron en enero los Reyes Magos.
"Los niños tenemos derechos a la alimentación, a vivir bien, a la escuela, a tener una familia y a que no nos maltraten", expresó al ser cuestionada por sus derechos.
Luci observó entre el mundo de padres de familia que recogían a sus compañeros, momento en el que la mamá de Valeria Peña Espitia llegó por ella y sus hermanos.
"Quisiera que todos los días fuera el Día del Niño porque me divertí mucho, aunque creo que no es lo mismo para otros niños que trabajan en la calle con sus papás, porque tienen derecho a estudiar y a que tengan una casa", expresó la menor de 10 años.
A unos metros, Luna Alonso Copca compartió con su mamá "la comida estuvo deliciosa, nos dieron hot dogs y espagueti, con agua de horchata", mientras la pequeña Mildred brincó gustosa porque este día vino disfrazada de Mujer Maravilla, "y nos dieron un aguinaldo con muchos dulces", manifestó sonriente.
Luci jugó por minutos con sus amigas hasta que pasaron por ellas sus papás.
"Fue muy divertido este día en la escuela y nos divertimos mucho, pero también creo que todos los niños debemos de sentirnos bien porque nos festejen".
"Todos tenemos derechos y obligaciones, por ejemplo, tenemos derecho a la escuela pero nuestra obligación es estudiar y hacer nuestras tareas; tenemos derecho a la salud, pero obligación a tomarnos nuestros medicamentos y a aceptar que nos inyecten aunque nos duela; tenemos derecho a divertirnos, pero a recoger lo que tiramos cuando jugamos", contestó sonriente Damaris Reinoso, cuando supo que sabía que tenía derechos como niña.
El tiempo pasó desde que el primer niño salió de la escuela Everardo Márquez, y mientras algunos padres y madres de familia recibían a sus hijos con abrazos, Lolita continuó agilizando el tráfico de la calle 16 de enero de 1869.
"Los papás siempre vienen molestos y se enojan con uno porque no quieren dar explicaciones de su retraso, porque a veces vienen por ellos hasta las 6 de la tarde y pues me quedo, porque de imaginarme que se roben a un niño, me muero", expresó Dolores, mientras quitaba los tambos naranjas que coloca todos los días sobre la calle, para resguardar la seguridad de niños y padres a la salida de la escuela.
Luci, como todos los niños y niñas de su escuela, sabe sus derechos, "aunque no sé porqué siempre mi mamá me deja afuera de la escuela, me da miedo y sólo quiero llegar a casa a comer mis dulces", expresó la menor antes de preguntarle a Lolita la hora, quien le respondió: "ya son las 13:50 y pronto haremos una llamada".