Más de la mitad de las plantas tratadoras de aguas residuales construidas en Tepeji del Río durante las últimas dos administraciones municipales operan fuera de la norma e incluso se encuentran saqueadas y vandalizadas.
Lo anterior lo evidenció la directora municipal de Ecología, Yenny Márquez Reyes, quien dijo que desde que inició el actual periodo de gobierno se hicieron observaciones sobre dicha infraestructura e incluso se interpusieron denuncias penales para sancionar las anomalías.
Dichas denuncias, puntualizó, se realizaron contra la empresa denominada Fideicomiso de infraestructura ambiental de los Valles de Hidalgo y contra los ex funcionarios municipales que resulten responsables por ese proyecto que costó aproximadamente 48 millones de pesos (mdp).
Según dijo, las plantas se construyeron con sobreprecio, además de presentar defectos de diseño y, de acuerdo al actual gobierno, no cumplen con el propósito para el que fueron creadas.
Explicó que de las 22 plantas construidas, doce no están tratando el agua u operando bajo la ley en la materia, además de que presentan un daño por vandalismo o robo que superan el 60 por ciento de su infraestructura.
Por este motivo advirtió que autoridades federales en la materia podrían sancionar y multar al municipio por contar con plantas tratadoras que no cumplen con su propósito, al tiempo que están saqueadas, vandalizadas y en estado de abandono.
Y es que, al asumir el gobierno el presidente municipal, Salvador Jiménez Calzadilla, manifestó que entre las anomalías detectadas en el periodo de transición se encontraban dichas plantas, por lo que anunció que habría una indagatoria para conocer el estado de esos inmuebles, aunque de inicio descartó invertir en su mantenimiento.
Detalló que su gobierno no aplicaría más recursos públicos municipales en ese proyecto, pues adelantó que había muchas irregularidades, entre otras, que estaban inoperantes y en algunos casos había disputas por la certidumbre legal de los predios en los que fueron construidas.
Desde entonces inició una controversia entre el alcalde y el empresario Carlos Paillez Bouchez, quien afirmó que las plantas sí operan y tratan agua, incluso por encima de los requerimientos de la norma, siempre y cuando se les brinde el mantenimiento adecuado.
E incluso acusó que la actual alcaldía dejó “caer” a propósito dicha infraestructura, construida durante dos periodos de gobierno para solventar la problemática del desperdicio de agua en el municipio mediante una serie de plantas situadas en puntos estratégicos.
En medio de la polémica la alcaldía de Jiménez Calzadilla no ha desarrollado hasta el momento ningún proyecto para atender el rubro del tratamiento del agua residual, aspecto que tampoco impulsó cuando fue director del organismo operador de agua potable en Tula de Allende.