En San Mateo Cuanalá, comunidad de Juan C. Bonilla, hace más de 120 días que un plantón comunitario cerró accesos y paró la producción de la embotelladora Bonafont; la razón principal es una supuesta sobreexplotación de los mantos acuíferos que afecta a los pozos artesanales de la comunidad.
Su reapertura se ve lejana. La intervención de autoridades de los tres órdenes de gobierno ha sido nula, mientras que los diálogos entre habitantes y representantes de la embotelladora no avanzan.
El bloqueo inició el 22 de marzo cuando cientos de pobladores arribaron hasta la entrada principal de Bonafont con pancartas, banderas y camiones con piedras de cantera, mismas que fueron amontonadas para evitar la entrada y salida de tráileres con garrafones.
"Es nuestra agua y nosotros nada más la utilizamos para el uso doméstico pero ellos la comercializan. Llevan unos 20 años haciendo lo mismo y ahora ya se nos hace insuficiente el agua, entonces queremos que se vaya de forma pacífica, porque no la queremos", declaró a MILENIO Puebla, Luis, campesino que perdió cosechas y tuvo que vender animales de corral antes de que murieran deshidratados. Desde entonces ha permanecido y apoyado en el plantón.
Desde hace más de cien días es posible observar las lonas que cobijan a una veintena de casas de campaña. Entre los amarres se dejan ver sillones, mesas, sillas y utensilios de cocina. El montículo de piedras negras se convirtió en un altar y todo el día suenan canciones o espacios informativos. Siempre hay gente en su interior. Desde entonces, el carril con sentido a Ciudad de México de la carretera federal permanece cerrado; conductores y transportistas deben compartir carril por más de 800 metros.
MILENIO Puebla pudo acceder a este plantón para conocer el funcionamiento que le permite la resistencia. Nos recibió el compañero "Lobo" para explicarnos que debajo de las lonas existe una organización precisa entre habitantes de 17 comunidades de la región: los Pueblos Unidos en Defensa del Agua y el Territorio. Su logística tiene tres comisiones vertebrales: cocina, organización y comunicación; además, establecieron tres turnos de vigilancia que son cubiertos por 50 personas que rotan diariamente.
El bloqueo permanente cuenta con área de cocina que cuenta con todo lo necesario para preparar 150 comidas al día. Este espacio es nutrido por las cooperaciones y donaciones voluntarias de los simpatizantes. Para pernoctar y evitar las bajas temperaturas, instalaron 20 casas de campaña con espacios para 35 personas, y para no perder sus ejercicios espirituales, todos los domingos realizan misas y rituales prehispánicos a la Madre Tierra. Asimismo, al tratarse de un plantón activo, crearon un espacio para impartir clases de regularización a niños y jóvenes, así como talleres recreativos.
"Tenemos talleres para niños de pintura, eventos donde hay recreación para los niños, vienen payasos, músicos y malabaristas. Tenemos también talleres de formación política, de repujado, de música y constantemente estamos buscando actividades", ahondó Lobo.
Afectaciones a la embotelladora
Desde el día 1, alrededor de 600 trabajadores de Bonafont no están en sus puestos. La empresa no ha despedido a nadie, solo reasignó funciones para evitar perjudicarlos económicamente. Sin embargo, la afectación es severa, ya que para abastecer al 90 por ciento de sus puntos de venta en Puebla, la embotelladora debe trasladar 200 mil garrafones al mes de entidades como Hidalgo y Estado de México. Esto hace que el margen de ganancia por unidad se pierda.
En entrevista, Fabrice Salamanca, Vicepresidente de Asuntos Corporativos de Bonafont, precisó que desde el 22 de marzo han convocado a Pueblos Unidos para establecer mesas de diálogo y trabajar de la mano, "pero no ha habido ningún tipo de interés por parte de los líderes, entonces la problemática en la comunidad continúa, la planta continúa cerrada y no hay avances".
Asimismo, señaló que no hay relación alguna con el origen del socavón en campos de cultivo de Santa María Zacatepec, comunidad que también pertenece al municipio de Juan C. Bonilla.
"Tanto la Conagua como las investigaciones del (Instituto) Politécnico Nacional nos han dado la razón: no tenemos nada que ver con esa falla geológica. Por esta razón es que demandamos regresar a nuestras actividades cuanto antes".
Incluso la empresa ha propuesto instalar bebedores en las 19 escuelas públicas de la región y kioscos en espacios públicos para apoyar a la comunidad, pero la respuesta del plantón es la misma:
"La empresa ha querido hacer algunas negociaciones con nosotros, pero no hay negociaciones, nosotros ya estamos en la posición de que no vamos a permitir que se reabra esta empresa y tampoco permitiremos más proyectos, de empresas o vivienda, que alteren el uso de suelo", sentenció "Lobo".
Un posible desenlace
Mientras el gobierno estatal no acepta del todo los informes de la Conagua, por lo que "hay que hacer estudios más profundos", la embotelladora sí ha considerado el retirarse de Puebla debido a las afectaciones económicas y laborales registradas desde hace casi cuatro meses. Por su parte, los Pueblos Unidos no bajarán la guardia para continuar, día con día, en el plantón que busca generar conciencia sobre el medio ambiente y sus cuidados.
mpl