La popularidad de Balandra como “la playa más bonita de México” atrajo a 13 mil 585 turistas durante este periodo vacacional de Semana Santa y Pascua, quienes se ajustaron a la visitación establecida en tres turnos de tres horas cada uno, con menos de 400 bañistas, implantado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), y un cobro de derechos de 50 pesos por persona para reducir el deterioro de este destino.
El turismo descontrolado por la fama que tomó la playa en los últimos años casi la lleva al colapso ambiental, por lo que la Conanp puso un freno al ingreso masivo de desde diciembre pasado, y mediante un operativo para Semana Santa, se aseguraron de ordenar la afluencia de turistas y de mostrarles el valor ambiental del área protegida.
“Balandra cuenta con un estudio de capacidad de carga que solamente soporta 600 personas. Es un área natural protegida, tenemos que cuidarla porque tiene valor para conservarla, y lejos de ser ‘la playa más bonita’, es presumir como municipio que los paceños la cuidamos y que el usuario, el visitante, también la cuida para lograr su conservación a largo plazo”, sostuvo Dilia Meza, directora del Área de Protección de Flora y Fauna, Balandra.
En entrevista con MILENIO, señaló que antes de la pandemia de covid-19, hasta 5 mil visitantes diarios se congregaban en la playa, generando 14 toneladas de basura cada día, por lo que a partir del periodo vacacional de diciembre se implementó un filtro para restringir el acceso y reducir a cero la generación de residuos sólidos.
“Los tres órdenes de gobierno, la Guardia Nacional, la policía estatal y municipal, junto con la cooperación de las organizaciones de la sociedad civil, así como voluntarios, establecimos un filtro para dar información a cada uno de los visitantes que ingresaba a Balandra. Al contar con esta contención a la entrada, limitamos el acceso, sobre todo para cumplir las medidas sanitarias, pero también para mantener la capacidad de carga y que el ecosistema no se vea vulnerado”, explicó.
De esa forma, en el periodo entre el 15 de diciembre y 15 de enero pasado, más de 20 mil turistas visitaron la Balandra en dos bloques de tres horas al día; pero también implementaron el pago de derechos al área natural protegida con un cobro a turistas de 50 pesos.
“Ya está lleno”
A sólo 20 minutos del malecón de La Paz se encuentra la playa Balandra. Tras cruzar montes tapizados de cactus, autos particulares, lo mismo que autobuses con turistas a bordo y camionetas, llegan al filtro de ingreso, donde las mujeres guardaparques, acompañadas de policías municipales, marcan un alto a cada vehículo.
“Ya está lleno, ahorita no se permite el acceso a nadie más, se cierra la playa completamente”, señalan firmes, sin ninguna opción a permitir el acceso.
Antes de este periodo vacacional de Semana Santa se tenían dos horarios: “Estamos manejando dos horarios, uno de 08:00 a 11:00 (horas) y el otro de 12:00 a 15:00, después de las 15:00 ya no hay acceso a nadie”, aclaró. Sin embargo, debido al interés de los turistas, se abrió un horario más, de 14:00 a 19:00 horas para estas vacaciones.
Dilia Meza explica que si “el primer bloque entra de 8:00 a 11:00 de la mañana, tenemos una hora para desocupar la playa y el siguiente bloque inicial de 12:00 a 15:00”.
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Otro automóvil llega y de inmediato le advierten: “Ahorita ya está cerrado el área de la playa, hasta mañana se abre”. El visitante, originario de La Paz, se resignó: “Está bien, nosotros que somos locales está bien porque así se controla un poquito lo que es la cuestión de la gente, la contaminación, más que nada los residuos que nosotros mismos generamos y tienen controlado el aforo está excelente”.
La directora del área natural protegida dijo que ya se prepara una aplicación para reservar el ingreso a esta playa.
“Que tengas la oportunidad desde tu casa al visualizar el viaje, uno, que estás ingresando a un área natural protegida; dos, contar con la información, es decir, qué reglas son las que debo de respetar, debido a que no hay bote de basura, me tengo que llevar mi basura. No hay venta de nada, yo tendré que entrar con mis alimentos, no está permitido subirse a las dunas, no está permitido subirse al hongo”, destacó.
Una pareja que sí alcanzó a entrar se toma fotos frente al hongo, una estructura de roca con esa forma, debido al desgaste por la acción del mar. “Definitivamente es la playa más bonita del mundo. El color del agua, la estructura de las piedras, un conjunto que hace que esté preciosa”, comentaron Marion Meza y Luis Moctezuma.
Esta alberca natural forma parte del Área de Protección de Flora y Fauna Balandra, que cuenta con siete playas más, así como bosques de manglar y arrecifes de roca. El próximo noviembre cumplirá 10 años de su nombramiento como área natural protegida.
“Balandra tiene varios objetos de conservación, como lo es el manglar, la duna, la playa, pero también contamos con especies de flora y fauna que la hacen singular, tan es así que Balandra es un sitio Patrimonio Mundial y es un sitio Ramsar. Si se llenó en este caso la playa hay opciones para el turista, es decir, ya está lleno Balandra, pero tú puedes ir al sendero, en este caso de las antenas, o del tecolote norte, dar más opciones, Balandra no sólo es la playa”, apuntó Dilia Meza.
LP