Poblanos, con derecho a que se protejan su ambiente y limpien sus ríos: Ibero

La investigadora Ana María Ramírez Santibáñez destacó que los niveles gubernamentales deben llevar a cabo acciones para proteger esta garantía fundamental.

Los poblanos tienen derechos ambientales y pueden exigir Ríos limpios y aire libre de contaminantes. | Andrés Lobato
Jaime Zambrano
Puebla /

Los habitantes del estado de Puebla cuentan con derechos ambientales, conjunto de normas jurídicas que regulan las conductas humanas que pueden influir en las interacciones entre los seres vivos y su entorno, es decir, se debe garantizar un ambiente libre de contaminantes y ríos como el Atoyac sin contaminantes.

Ana María Ramírez Santibáñez, investigadora de la Universidad Iberoamericana Puebla, destacó que corresponde a los niveles gubernamentales local, estatal y federal llevar a cabo acciones para proteger esta garantía fundamental.

“Desde el origen de la civilización, el ser humano ha modificado su entorno para satisfacer sus necesidades. Cuando un espacio se volvía inhabitable, se trasladaba a otro. El paso de la vida nómada a la sedentaria hizo evidente que muchas alteraciones del entorno tienen consecuencias irreparables. La crisis medioambiental es prueba de ello”, apuntó.

En el marco de las actividades de vinculación con la Plataforma de Acción Laudato Si, Ramírez Santibáñez señaló que México cuenta con un amplio marco normativo en la materia, cuyo fin último es establecer prohibiciones idóneas para preservar los ecosistemas y recursos naturales y prevenir situaciones de riesgo.

“El principio in dubio pro ambiente de reciente creación impulsa las acciones jurisdiccionales siempre en favor de la naturaleza. Las políticas tendrían que hacerse considerando a todos los implicados para que pudieran cumplirse mejor. Si los dejamos fuera, no sabremos qué necesitan”, explicó la investigadora.

La regulación de la conducta humana puede darse a partir de técnicas disuasorias como multas, sanciones, cárcel y promocionales como premios a las buenas prácticas; sin embargo, es fundamental que los integrantes de la sociedad contribuyan a evitar contaminación.

“Hay que darle más preminencia a la segunda para que la persona no se vuelva dependiente del reconocimiento. Además, algunas garantías constitucionales pueden verse limitadas para garantizar el derecho al medioambiente, como ocurre con los derechos al movimiento y a la residencia siempre que los ecosistemas y la calidad de los recursos naturales están en juego”, expresó.

El interés por el cuidado de la casa común emana de la encíclica Laudato Si, un texto en el que el papa Francisco exhorta a la unidad global frente a los distintos rostros de la crisis ecológica, comentó la investigadora de la Ibero Puebla

“Tanto el sumo pontífice como los promotores del cuidado medioambiental encuentran en las generaciones más jóvenes a los principales actores de cambio”, comentó.

La Ibero Puebla impulsa el proyecto “Basura Cero” que consiste en el desarrollo de una serie de actividades encaminadas, en primer lugar, a disminuir la generación de residuos en el campus, mediante la restricción de artículos desechables y también, fomentando la reutilización y separación de materiales reciclables, valorizables y compostables a través de un conjunto de acciones enmarcadas.

En la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita, ya está prohibido el uso de envases de plástico desechables como platos, vasos y cubiertos; y en caso de alimentos y bebidas para llevar, en la venta se debe dar prioridad al uso de recipientes reutilizables o en su defecto, biodegradables, por los que se cobra un depósito económico y se reembolsará cuando se devuelva el contenedor.


CHM

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