El 54% de los poblanos en pobreza a pesar de los programas federales

EDICIÓN FIN DE SEMANA

De acuerdo con el Coneval, el estado de Puebla ocupa el cuarto lugar con personas en situación de pobreza.

Poblanos, en pobreza pese a programas federales | Melanie Torres
Verónica López
Puebla /

En el estado de Puebla, 54 por ciento de los habitantes vive en situación de pobreza, un problema estructural que prevalece pese a los cambios de gobierno y promesas de campañas en las que aspirantes a cargos de elección popular ofrecen bienestar, progreso y mejores condiciones de vida.

La entidad llegará a los comicios del próximo mes de junio, en que elegirá presidencia de la República, gobernador, Senadores, diputados federales, legisladores locales y 217 alcaldes, en una realidad que la ubica con niveles de inflación por arriba del promedio nacional; pobreza laboral al 43.3 por ciento y sin recuperar niveles de crecimiento económico que tenía previo a la pandemia de covid-19, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Mar Estrada Jiménez, coordinadora de la Licenciatura en Economía y Finanzas de la Universidad Iberoamericana Puebla, consideró que, a pesar de los programas de asistencia social del gobierno federal, las familias poblanas enfrentan una complicada realidad económica.

Aunque las autoridades federales y los indicadores oficiales muestran que la pobreza ha disminuido, comentó que, en la realidad, son cuestionables los procesos que se establecen para medir las carencias sociales; mientras que las familias tienen dificultades para cubrir sus necesidades básicas, los trabajadores padecen condiciones críticas de ocupación laboral y falta la generación de fuentes formales de trabajo.

De acuerdo con el Coneval, el estado de Puebla ocupa el cuarto lugar con personas en situación de pobreza. En la medición a 2022, el organismo reflejó que 54 de cada 100 habitantes enfrenta carencias sociales, es decir, más de la mitad de la población vive en condiciones de pobreza. Esta situación alcanza a 3 millones 626 mil personas, al considerar que el más reciente Censo de Población del Inegi reporta 6.5 millones de habitantes.

La pobreza disminuyó frente a la medición de 2022, cuando era de 62.4 por ciento, pero “ha sido muy poco lo que se ha recuperado”, destacó la investigadora.

Pobreza extrema

El porcentaje de población en pobreza extrema, es decir, de personas enfrentan carencias sociales y no tiene un ingreso suficiente para adquirir una canasta básica alimentaria, según el Coneval, disminuyó de 12.7 a 11.4 por ciento entre 2020 a 2022, con lo que hay 765 mil personas en esta condición.

Si bien, las cifras oficiales muestran una mejora en los niveles de carencia social, la realidad es diferente, apuntó Mar Estrada Jiménez, académica de la Ibero Puebla al señalar que existe una subestimación sistemática de la pobreza.

“En cifras oficiales se va a decir que ya bajó la pobreza. Sí ha bajado, pero si partimos en que está mal medida, en realidad no ha bajado tanto. Puebla siempre ha estado en niveles mucho más altos que a nivel nacional. La pobreza es un problema estructural del estado y hay que ver cómo podría ser que se pueda desarrollar todo Puebla, no sólo la zona metropolitana”, señaló.

Puebla es un estado de contrastes: por un lado, se coloca entre los más dinámicos por su vocación productiva y como uno de los mercados de trabajo más grandes del país y, al mismo tiempo, reporta altos niveles de informalidad laboral y se mantiene sin recuperar los niveles de crecimiento económico que tenía previo a la crisis por la emergencia de covid-19.

Con base en datos del Inegi, el Producto Interno Bruto (PIB) del estado de Puebla fue de 820 mil millones de pesos en 2022, cifra 3.0 menor a los 849 mil millones de pesos que tenía en 2019.

“Nosotros producimos, pero todo es de empresa extranjeras. Somos una economía, totalmente, dependiente, ya sea de la inversión extranjera, de empresas extranjeras y eso, a largo plazo va a afectar mucho a la economía. No estamos invirtiendo en nosotros mismos producir y eso va a ser perjudicial para el país y para el estado, eso es muy importante tomar en cuenta la industrialización interna, el desarrollo local... En términos de pobreza seguimos siendo el cuarto estado más pobre del país, pero eso no concentra en la zona metropolitana, porque, en términos del PIB, la zona metropolitana es la menos afectada. Tenemos zonas muy pobres en el estado que han estado olvidadas por mucho tiempo y parece que así van a seguir, al menos, al final del sexenio estamos hablando de la Sierra Negra de la Mixteca”, añadió Estrada Jiménez.
La recuperación del poder adquisitivo es otro de los temas por atender en el estado. De acuerdo con la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), los ingresos presentaron una recuperación anual de su poder adquisitivo de 14.7 por ciento, es decir, que el incremento de los salarios se mantuvo por arriba del alza de los precios.

En el caso de la capital poblana, la inflación en la primera quincena del mes de marzo avanzó a 4.66 por ciento, colocándose en el grupo de 22 ciudades del país que superaron el índice nacional que fue de 4.44 por ciento.

“El poder adquisitivo se ha recuperado un poco, pero esto ha sido muy poco en términos generales y eso es preocupante. Entre más pobre es la familia, más porcentaje del ingreso va a gastar en alimentos”, añadió la integrante del Observatorio del Salario de la Ibero Puebla.

La recuperación del mercado de trabajo y las condiciones en que laboran los poblanos se colocan son parte de los retos a mejorar en el estado que está por vivir un proceso de elecciones de las autoridades de los tres niveles.

“Todo lo que tiene que ver con los ingresos afecta a la población con menores recursos. Puebla es un estado que tiene mucha población con bajos recursos económicos. No hay una política económica ni social que vaya enfocada hacia esta parte de recuperación de los ingresos”, apuntó.

Los programas sociales de la federación como las becas a los jóvenes y el apoyo a los adultos mayores han contribuido a dispersar el ingreso, expresó la académica, pero “realmente no existe una política que vaya hacia la raíz de erradicar estos problemas, creo que es una deuda que se queda en este sexenio que termina y esperemos que el siguiente se pueda tomar en cuenta todos estos aspectos”.

Informalidad laboral

De acuerdo con el Inegi, en el cuarto trimestre de 2023, la población ocupada llegó a dos millones 954 mil 370 personas, es decir, 22 mil 065 poblanos lograron incorporarse al mercado de trabajo, con relación a igual periodo de un año antes.

No obstante, Puebla se encuentra en el grupo de cinco estados con elevados niveles de informalidad laboral, con una tasa de 69.9 por ciento, es decir, 2.6 millones de personas que trabajan, pero sin la protección de seguridad social o carecen de prestaciones.

“Tenemos un alto nivel de informalidad y esto implica una baja calidad de vida”, añadió Mar Estrada Jiménez.

Ante este escenario, la investigadora en economía enfatizó que el reto hacia la siguiente administración tanto federal, estatal y municipales radica en la aplicación de políticas que contribuyan a mejorar la calidad de vida de los habitantes.

“En términos de informalidad laboral no hay propuestas, ni en impuestos tampoco, son problemas estructurales muy fuertes. Siempre, el discurso va en contra de la pobreza, pero, realmente, propuestas que digan que vamos a ir más allá no son tan fuertes. Otro aspecto que se ha olvidado es el campo. Está abandonado y parece que seguirá así y nosotros tenemos muchas ventajas en términos de recursos naturales, clima y se está desperdiciando. No se está tomando en cuenta la parte de producción agrícola y el cuidado de los recursos naturales”, concluyó la académica.

CHM

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