Luego de que el Senado aprobó el pasado martes reformas para garantizar los derechos laborales de las personas trabajadoras del hogar, entre ellos, el acceso a la seguridad social, poblanos que cuentan con este servicio en sus domicilios y que fueron entrevistados por Milenio Puebla indicaron que desconocen cómo se aplicará la medida y quién se encargará de garantizar que se cumpla. Asimismo, la mayoría mencionó que consideran prescindir de esta asistencia, porque mermará sus presupuestos.
Lizbeth Navarrete informó que desde hace varios años acude una señora a su casa una o dos veces por semana para ayudarla en las labores de limpieza, por lo que ya existe una afinidad con ella.
“Sí estoy de acuerdo en que se les den sus prestaciones, pero en ese punto será necesario que se mejore el servicio de salud, porque en mi caso, he contado con el Seguro Social (IMSS) y el Issste, y son pésimos. Insisto en que es necesario que mejoren estos servicios en general, porque si les vas a ofrecer algo y los atienden mal o les dan un mal servicio qué beneficio tiene. Además, hay que considerar que así va a haber más gente en esas instituciones, entonces va a estar cañón, porque si así no pueden atenderte con más gente menos. Insisto en que habría que asegurarse primero de que va a ser realmente una prestación”.
Mencionó que sabía de la noticia, pero desconoce cómo será la mecánica que se aplicará, por lo que tratará de informarse y, con base en ello, decidirá qué medida tomar.
Por su parte, Joaquín Alarcón dio a conocer que desde hace casi ocho años contrató a una persona para que acompañara a su madre, adulta mayor y que tiene problemas para trasladarse derivado de una operación en la espalda, “además de que padece artritis reumatoide”.
Explicó que la señora solo acompaña a su mamá para ayudarle a moverse y recordarle que ingiera sus medicamentos, “pero no es enfermera ni realiza labores de limpieza, jamás se la ha pedido nada de ello. Además, sólo va por horas y no todos los días. A veces viene dos horas, tres horas, según lo que tenga que hacer, es como le pido que nos ayude”.
Expresó su duda si en ese caso deberá de pagar su inscripción a la seguridad social a su vecina o podría ser acreedor a algún tipo de sanción si omite cumplir.
“Creo que lo mejor sería platicar con ella y llegar a un acuerdo, y sobre eso decidir, porque no podría pagar (…) por ello veo una opción buscar que un familiar nos apoye y darle las gracias a mi vecina”, indicó.
Mientras, Irene González apuntó que le cuesta trabajo pagar el salario semanal acordado a la señora que acude a su casa —de entrada por salida de lunes a sábado—, por lo que piensa prescindir de sus servicios, “porque entonces sería el doble de lo que pago y no podría cubrirlo”.
Agregó que vislumbra que mucha gente dejará de contar con ese servicio, porque se elevaría el gasto, “y tu ingreso es el mismo, no es lo mismo que una empresa donde obtienes una mayor ganancia a una mayor producción”.
Con este punto de vista coincidió Teresa Morales, quien dijo que platicó con su esposo y determinaron que esta será la última semana que la persona acudirá a su domicilio para asearlo, por lo que solo trabajará dos días. “Le vamos a proponer que venga dos días, no más. Ella decidirá si viene, si le conviene o buscamos a otra persona, pero bajo ese esquema”.
Asimismo, añadió que la principal labor de su asistente es apoyar mientras prepara la comida, “por ello nos podemos adaptar si deja de venir diario”.
Por último, Gabriela “N” contó que una joven, mamá soltera, le ayuda una vez por semana, “pero sólo le pago ese día y literal, solo asea la casa, no guisa, plancha, lava o realiza otra tarea. En ese caso desconozco cómo le voy a hacer para darla de alta. Sé que ella acude a otras casas y realiza la misma función, pero no sé a cuántas va ni las horas que debe cubrir. Aquí es el tiempo que se tarda en sacudir muebles, limpiar pisos y lavar el baño”.
MITM