El municipio de Puebla cuenta con una superficie total de 534,033 kilómetros cuadrados y lo convierte en la quinta demarcación más extensa del estado.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que, para mejorar la calidad de vida de los habitantes de las ciudades, se deben proporcionar nueve metros cuadrados de espacio verde por ciudadano. Asimismo, recomienda que su distribución permita que todos vivan cerca de alguno de estos puntos.
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El avance de la mancha urbana en el municipio solo ha permitido la permanencia de 67 parques públicos y urbanos en todo el territorio, de acuerdo con el Inventario Municipal de Áreas Verdes 2023, lo que refleja la carencia de dichos espacios que contribuyen a mejorar la salud y la convivencia de una comunidad, así como aportan beneficios al medio ambiente y al cambio climático.
Multimedios Puebla entrevistó a Mariana Lozano, directora de “Enverde”, una empresa especializada en arquitectura sustentable, quien reveló que ni siquiera la capital poblana cumple con los parámetros mínimos establecidos por la OMS respecto a las áreas verdes públicas.
“Tristemente, por decisiones políticas o de planeación urbana, no se van generando los espacios mínimos de áreas verdes que necesita un ser humano para vivir. La Organización Mundial de la Salud considera que por lo menos debemos tener nueve metros de áreas verdes por habitante por mancha urbana. Si nos vamos a Puebla, estamos por debajo de los dos metros cuadrados por habitante”, señaló.
En el territorio poblano, diariamente aumenta la construcción de edificios, plazas y viviendas, dejando de lado los espacios verdes, centros deportivos y parques, según el sistema de consulta “México en Cifras” del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que indica que hasta el 2020 se edificaron un total de 522,858 hogares para más de 1.5 millones de habitantes en el municipio.
Por lo tanto, estas compañías ofrecen crear espacios verdes en patios y terrazas, muebles con materiales naturales para reducir la contaminación ambiental, y aprovechar los residuos y reutilizarlos.
“La construcción es uno de los sectores que más desperdicios genera, que más consume energía para producir sus materiales, que más genera energía y desgaste de recursos naturales. Nosotros, al implementar materiales como la tierra y el bambú para construir, disminuimos el uso de materiales convencionales y, de esa forma, mitigamos y reducimos el cambio climático y otros problemas ambientales que estamos enfrentando”, dijo.
El fenómeno de la isla de calor, la falta de agua potable y zonas verdes han llevado a los poblanos a implementar en sus hogares techos verdes, jardines verticales y tecnologías ecológicas.
“Los paneles solares, los filtros para tratar aguas grises, incluso las aguas negras, usar energía de bajo consumo energético; todas esas tecnologías van haciendo que una construcción disminuya la huella ecológica que tiene y, de esa forma, si logramos replicarlas a gran escala, disminuiríamos la huella ecológica como habitantes de una ciudad”, finalizó.
CHM