Ubicada a las afueras de la ciudad de León, Guanajuato, San Juan de Abajo es históricamente una de las comunidades con mayor índice de pobreza extrema, lugar donde se pueden ver a diario imágenes que conmueven, llegando a encontrar en las calles de terracería a niños asando grillos y chapulines para comer.
Se trata de Yahir y Pedro, pequeños no mayores a diez años que con un asador improvisado por piedras, leña y una vieja cacerola les quitan las patitas para disponerse a cocinarlos. Lo que para algunos es una comida exótica que comen cuando viajan o van de vacaciones, para ellos es parte de su alimentación y lo ven con total naturalidad, la situación se ha visto recrudecida con la pandemia y el confinamiento.
"Para los niños son otras actividades, hay veces que no quieren estar adentro, prefieren estar afuera para evitar el encierro es muy difícil para ellos en general”, explica Lucero Herrera, abuela a cargo del cuidado de los pequeños.
Personas que forman parte de la estadística, que de acuerdo a la Dirección de Desarrollo Social,cerca de 300 mil leoneses viven en situación de pobreza extrema; esta zona prácticamente rural ubicada al sur de la ciudad, forma parte de los ocho polígonos de pobreza de León, y se estima que viven aquí otros 5 mil habitantes bajo condiciones similares.
Estos polígonos son zonas delimitadas de la ciudad donde se concentra la población que cuenta con diferentes niveles de pobreza que va desde la moderada a la extrema, se caracterizan por falta de acceso a servicios públicos como pavimentación, luz y agua potable, ya que son “Asentamientos Irregulares". De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación (CONEVAL),en Guanajuato una persona muere diariamente a causa de hambre.