En Puebla, 62.4 por ciento de la población en Puebla, cuatro millones 136 mil habitantes se encuentran en pobreza, lo que se traduce en un aumento de 10.1 por ciento en comparación con hace dos años. Entre los factores que afectaron para el incremento de la pobreza fueron: el cambio del Seguro Popular al Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), que supuso una pérdida de identificación de las personas, y los efectos de la pandemia que reclama el acceso efectivo a los servicios de salud.
De acuerdo con el análisis sobre el aumento de la pobreza realizado por Miguel Calderón Chelius, coordinador del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana Puebla, la entidad se mantiene entre los estados más pobres del país. De acuerdo con estos criterios, una persona se encuentra en situación de pobreza cuando presenta al menos una carencia social y no tiene un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades básicas.
El análisis “Medición de la Pobreza 2020” del Consejo Nacional de evaluación de la política de Desarrollo Social (Coneval) revela que la pobreza extrema aumentó 60.9 por ciento en la entidad poblana y, con ello, 844 mil 322 poblanos disponen de un ingreso tan bajo que, si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana.
“No sorprende el reciente posicionamiento de Puebla como una entidad con altos índices de pobreza, codeándose con Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Guerrero. Lo significativo, es que sigue estando entre los estados más pobres del país”, destacó.
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Señaló que la pandemia es un factor que impacta en que Puebla se mantenga como uno de los estados más pobres del país porque la metodología del Covenal contempla que el aumento de la pobreza se debe a la carencia en el acceso a los servicios de salud, lo que ocurre por dos factores primordiales:
“La infraestructura y los servicios de salud son insuficientes aun cuando tengas tu incorporación al IMSS, ISSSTE o INSABI. Eso se refleja en la respuesta de la población que identifica claramente una carencia en los servicios”, destacó.
Para el investigador de la Ibero Puebla, uno de los principales fallos del Gobierno de México fue la atropellada transición del Seguro Popular al INSABI que arrancó antes de que el coronavirus se convirtiera en un problema planetario.
“Fue un cambio grande y no bien planificado, y cuando ocurre la pandemia los problemas de instrumentación del nuevo instituto se magnificaron. A ello se suman las carencias históricas del sistema de salud mexicano”, explicó.
Las medidas adoptadas por el gobierno, si bien han sido eficaces para contener el avance de la pobreza, no han contrarrestado el inacceso a los sistemas sociales. Una de las razones es la bancarización, estrategia que ha beneficiado a miles de personas, particularmente adultas mayores, sin dejar de excluir a cientos de comunidades rurales e indígenas.
El especialista de la Ibero Puebla destacó que el transitar hacia la mitigación de los índices de pobreza debe comenzar con la implementación de una política social territorializada, donde se atiendan las necesidades de las regiones marginadas.
“La estrategia debe propiciar nuevas formas de desarrollo, de construcción de bienestar en ciertas áreas y no sólo por apoyos personalizados, sino apoyos a las comunidades, a las distintas zonas del país”, apuntó.
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