Por cinco décadas recrea El Arbolito la Última Cena

Hace medio siglo que se lleva a cabo en ese barrio de Pachuca y la gente lo reconoce

La luz de día aún se percibe en los cerros que rodean la Bella Airosa. (Jorge Sánchez)
Pachuca /

De acuerdo a la Biblia Jesús Cristo fue único, el hijo de Dios dicta la fe cristiana; sin embargo en el Barrio de El Arbolito en Pachuca ha tenido al menos 16 encarnaciones, 16 fieles habitantes de este barrio originario de la Bella Airosa han dado vida año con año al pilar de una religión en todo el mundo esto mediante la representación de la Última Cena durante la celebración de Semana Santa en la capital de Hidalgo.

Fue hace 50 años cuando los habitantes de este barrio alto en la ciudad se organizaron por primera ocasión para representar los últimos momentos de convivencia de Jesucristo con sus 12 discípulos, la noche en la que fue traicionado y entregado a los romanos por uno de sus seguidores, Judas Iscariote.

La luz de día aún se percibe en los cerros que rodean la Bella Airosa, cortesía del llamado horario de verano: la temperatura es fresca debido a las altas temperaturas registradas en los últimos días en el territorio hidalguense, pero los fieles cristianos llegan a las inmediaciones de la Plaza Popolo en el corazón de este barrio, poco a poco la noche empieza a caer y los personajes comienzan a tomar sus lugares a lo largo de una mesa para compartir los alimentos.

Año con año la historia se repite, Jesús es presentado por Poncio Pilatos y juzgado por la gente para morir en la cruz, la historia no cambia, no se re escribe; pero lo que sí cambia es el sentimiento de la gente que acude a ver este espectáculo, ya sea que acudan por primera vez o que la hagan año con año el sentimiento nunca es el mismo y los rostros de los presentes delatan que este 2019 tiene algo especial.

Hace ya medio siglo que esta escenificación se lleva a cabo en El Arbolito y la gente se lo reconoce a cada uno de los presentes, tanto a aquellos que interpretan a un personaje como a aquellos que no lo hacen; no lo hacen con aplausos que estremecen la sede y toda la capital hidalguense, lo hacen con su silencio y admiración a su labor, así como se le reconoce a un artista con total atención a su interpretación.

Finaliza la cena, los actores se levantan de la mesa y comienzan una caminata por las calles de este barrio para llegar a un espacio abierto del bosque que aún rodea la jungla de concreto que se encuentra poblada por cientos de personas, esto para ver la traición de Judas y la aprehensión de Cristo.

Momentos antes de que sea capturado por los soldados romanos Jesús Cristo se hincó ante una piedra del bosque, en ella levantó una oración, normalmente este acto es un preámbulo a lo que viene en la procesión de la Cruz, el camino del final de la vida de Cristo; en esa roca se acumulan las oraciones de un total de 16 personas que han dado vida a este personaje bíblico a lo largo de 50 años; décadas en las que ha absorbido risas, alegrías, amor y lágrimas de tristeza, pues únicamente aquellos que han llevado el manto de Jesús en estas encarnaciones saben que sentimientos han dejado en esa piedra que ya es icónica en este barrio de Pachuca; sin embargo este año un sentimiento colectivo inunda la piedra y el recinto entero, alegría, se percibe un preámbulo de fiesta debido al aniversario de oro que celebra esta tradición; este 2019 la escena en la piedra dejó atrás su imagen trágica para convertirse en una verdadera celebración.

Jesús finalmente es apresado por el ejército romano, sus días están contados y el personaje requiere un temple de sufrimiento e incertidumbre debido a lo que está por venir, sin embargo debajo de esa expresión se delata una sonrisa alegre, pues la persona detrás del papel no puede ocultar su alegría al haber dado vida al mesías de su religión, pues a pesar de que no es la primera vez que participa en esta escenificación, es su debut como Cristo y sabe que en el marco de los 50 años de esta tradición se ha convertido en algo que no será sencillo de olvidar. La historia es la misma pero el sentimiento detrás de ella cambia año con año y este año es para celebrar.

  • Teodoro Santos

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