Con más de 10 años de experiencia en la producción avícola, Saúl Vicenteño, productor del Valle de Toluca no sólo ha tenido que enfrentarse a la competencia de grandes marcas, durante el último año la inflación y la escalada de precios en forrajes, granos y otros insumos agrícolas han traído un escenario más complejo.
El también médico veterinario recordó que este pequeño negocio familiar surgió luego de que cursara su carrera universitaria, y como una alternativa para poder autoemplearse, así poco a poco ha ido ganándose la confianza de las y los consumidores con productos criollos y libres de químicos.
Actualmente, a través de “El Sabor de mi Rancho”, se destaca por su producción avícola pues en algunos momentos ha sumado hasta 5 mil gallinas ponedoras; en este proceso se cuida tanto la alimentación como las condiciones óptimas para que este huevo alcance la mayor calidad.
Una parte de esta producción, subrayó, va a centros comerciales, otra a pequeños comercios y el resto directamente a las y los consumidores en ferias o exposiciones.
Producción promedio
En promedio la vida útil de una gallina (o en la que pueden producir huevos) es de seis meses, posterior a este periodo, su producción baja. Una de las alternativas para las y los productores es la venta de la carne, que también tiene una serie de beneficios a la salud.
“No sé si sea cierto o son creencias; pero buscan mucho la huevera para las personas que están débiles o bajas en nutrición, o en estado de lactancia o gestación”.
La producción por gallina en toda su vida reproductiva es de aproximadamente tres kilogramos y las principales diferencias entre un huevo criollo o campero y los producidos por grandes empresas, subrayó, es que los primeros tienen un mayor porcentaje de proteína, de ácidos esenciales, omegas, así como vitaminas y minerales, tienen un menor porcentaje de colesterol y triglicéridos.
“Es totalmente libre de hormonas, libre de pigmentos, de hormonas del crecimiento y lo que son antibióticos. La gente hace un esfuerzo por estar consumiendo algo sano, porque somos pequeños productores”.
Guerra e inflación
Señaló que entre los principales retos a los que se enfrentan las y los pequeños productores se encuentran tanto las grandes empresas, como los costos, pues derivado de la inflación y la escalada en precios, cada vez se vuelve más complejo adquirir los forrajes, semillas, granos, alimentos e insumos para la alimentación de las gallinas, lo que a su vez repercute en el precio de la producción.
“En este año lo hemos incrementado tres veces (el costo del huevo), esas tres veces estamos hablando que el máximo es de tres pesos por kilo, eso porque las semillas se han estado disparando, esto sí viene repercutiendo tanto por la inflación como por la guerra en Rusia”.
Recomendaciones
Este tipo de huevo, informó, puede durar hasta cuatro semanas sin refrigeración, siguiendo algunas recomendaciones, entre ellas, no guardarlos en el refrigerador y no lavarlos, ya que durante todo el proceso de producción se mantienen a temperatura ambiente.
“Cuando el cliente final lo mete al refrigerador hay un choque térmico y eso empieza a tener un estado de descomposición, por eso no se recomienda meterlo al refrigerador”.
Lo ideal, señaló, es consumir el huevo antes de dos semanas de almacenamiento.
¿Huevos azules?
Señaló que existen coloraciones distintas, esto con base en la genética de cada especie, presentando tonalidades como el rojo, el marrón e incluso el azul o verde, que también tienen un contenido nutricional distinto.
“La genética de la gallina es importante, los azules son de una raza chilena, también de dos chinas. La genética no se consigue aquí en México, necesitamos pedirlas al extranjero para que nos traigan esos lotes de huevo fértil, aquí se incuban y aquí nace la gallina”.
Señaló que además del color estos huevos azules son más altos en proteína y generalmente los consumen deportistas de alto rendimiento, entre ellos fisicoculturistas, a fin de aumentar su masa muscular, además es bajo en colesterol.
El costo promedio de este tipo de huevo es mayor a los 80 pesos, por lo que la producción también depende de la demanda.
Para conocer un poco más acerca de estos pequeños productores se puede consultar la página de Facebook El Sabor de mi Rancho, en donde también se ofrece parte de su producción que va desde el huevo, gorditas de nata, rompope, así como chiles, conejo y chorizo artesanal.
KVS