Los efectos de la pandemia de la covid-19 se están presentando en los procesos educativos y un punto que marcó a los estudiantes fue la presencia de sus padres o tutores durante las clases a distancia, situación que generó dilemas cognitivos.
De acuerdo con el análisis sobre las dinámicas sociales que ocurren en la educación a distancia en el nivel primaria, realizado por Vania Vázquez Enríquez, egresada de la Maestría en Innovación Educativa de la Universidad Iberoamericana Puebla, la educación a distancia fue la ruptura del binomio profesor-estudiante con la presencia del tutor.
Los maestros reportaron que la sombra del papá, mamá, abuelos o tutores no solo restó espontaneidad a la expresión de los niños, sino que los encerró en el dilema cognitivo sobre quién de los dos, el profesor o el tutor, tiene la razón.
De forma adicional, el profesorado que más se vio en apuros fue aquel que no había incorporado las suficientes herramientas tecnológicas a sus clases pre pandemia.
“Se sentía con mucha presión porque debía aprender algo que los niños ya sabían. El conflicto para la maestra era la presión de aprender y tener todas las herramientas, y todos los vídeos, y todas las presentaciones listas. El desgaste de hacer todos los materiales posibles desgastó", detalló la especialista en procesos educativos.
En su trabajo que fue reconocido con la Beca Tesis del Consejo de Ciencia y Tecnología de Puebla (Concytep) 2022, se detalla que en las dinámicas sociales que ocurren en un aula virtual, los conflictos forman parte del día a día, aun entre los más pequeños.
Los conflictos en el aula estuvieron presentes y los estudiantes de primaria se interrumpían unos a otros cuando consideraban que se estaban dando opiniones equivocadas.
Al final, las discrepancias son propias de la convivencia humana y que, lejos de ser reprimidas, deben encausarse para llegar a consensos, propone la investigadora.
Las fallas en la conectividad, tanto de los estudiantes como de los docentes, entorpecían los procesos de convivencia. A pesar de ellos, en la virtualidad se puede humanizar la relación, rescata la investigadora.
La implementación de una amplia variedad de recursos tecnopedagógicos ayudó no solo a que los estudiantes se concentraran, sino a que se quedaran a conversar entre ellos después de clases.
Ante el regreso al modelo presencial, Vázquez Enríquez resaltó que presenta bondades educación virtual y, ahora, las nuevas generaciones perciben que el mundo gira a súper velocidad, por lo que no les resulta extraño verse expuestos a cientos de estímulos digitales a cada momento.
“Para los niños era tan fácil ver un vídeo o una presentación que a lo mejor a la maestra le tardó tres horas, y para su clase funcionó tres minutos”.
Señaló que los maestros y las maestras están llamados a preguntarse con sus estudiantes cómo ocurren las cosas, los aprendizajes porque cada elemento influye en los procesos de enseñanza.
"Mientras estudiaba la maestría, trabajaba como maestra en una primaria en Puebla, lo que le permitió delinear los detalles de la investigación. Todo mi trabajo de campo fue virtual. Después, todo lo que resultó de mi investigación se tornó hacia lo virtual. Aprovechamos lo que teníamos y lo hicimos de una manera que resultó muy enriquecedora”, finalizó.
CHM