La señora Lety caminó algunos kilómetros con su carretilla de frituras y dulces que pensaba vender desde las 16:00 horas en Plaza Juárez, en donde, después de dos años de suspenderse las fiestas patrias por la pandemia, se espera la presencia de miles de visitantes que den el grito de independencia y así poder obtener un poco de recursos.
Sin embargo, ni a ella ni a otros vendedores ambulantes les dieron la autorización para vender sus productos, "la policía municipal nos dijo que no se podría, que estaba prohibido, por lo que mejor me quedé aquí", expuso la mujer de la tercera edad que decidió quedarse en avenida Guerrero, esquina con Covarrubias.
Así, otros ambulantes que vendían artículos patrios como banderas mexicanas, bigotes, corbatines, blusas estampadas, rehiletes y demás, se colocaron en calles aledañas a la Plaza donde Julio Menchaca Salazar, gobernador constitucional, realizará el Grito de Independencia por primera vez.
Comercios fijos aplaudieron la decisión de no permitir el ambulantaje que, en años atrás, se colocaban en toda la avenida Guerrero, así como en otras calles cercanas a este sitio tradicional.
"Fue buena la decisión de no permitir a los ambulantes, que podamos recuperarnos un poco de todo lo que hemos vivido en la pandemia, es algo que hemos solicitado al municipio y sí, nuestras ventas incrementaron este jueves al 50 por ciento", expuso José, quién atiende una taquería sobre esta avenida.
Pese a la seguridad, una mujer logró sortear los filtros de seguridad para vender una bolsa repleta de huevos rellenos de confeti, "porque hay que vender y sacar adelante los gastos", mientras algunas niñas y niños eran sus principales clientes que corrían para adquirir los productos.
En otros negocios más que decidieron vender sus especialidades como hamburguesas y hot dogs, también agregaron a sus menús pozole y chalupas, "y para estos días estaremos ampliando el horario de servicio, hay que aprovechar, aunque en lo personal no me afectaba si se hubieran puesto ambulantes, el sol sale para todos", indicó.
Un par de mujeres de la tercera edad indicaron que en otros años era diferente, "y había muchísimos vendedores que ofrecían chalupas, buñuelos con miel, elotes, esquites, accesorios patrios, además de muchos puestos con ropa, pero ahora no hay nada, ni un ponche que tomar, pero es parte de lo que nos dejó la pandemia", concluyó.