La Laguna de Zumpango almacenaba unos 100 millones de metros cúbicos de agua entre pluviales y residuales, los cuales se fueron reduciendo hasta que el nivel llegó a cero a causa de la “cucharilla”, como se le conoce al lirio acuático, y por la extracción del sistema de riego Insurgentes, que distribuía el líquido a parcelas de Zumpango y municipios del entorno; sin embargo, al extinguirse el líquido, se terminó también la fuente de ingresos de más de 200 comerciantes y cerca de 50 lancheros.
No es la primera vez que se seca la Laguna de Zumpango; en el año 2013 también se quedó sin agua, pero en esas fechas autoridades de la Comisión Nacional del Agua hicieron posible ingresar unos 7 millones de metros cúbicos de agua procedente de las presas de Cuautitlán Izcalli, de la Presa Madín de Atizapán y de la Concha en Tepotzotlán, por lo que se hizo un proyecto ecoturístico con palapas, infraestructura para atender al turismo y unos 200 comercios de alimentos preparados, comida mexicana y antojitos, de los que solo quedan siete.
De acuerdo con José Silvestre Rodríguez Melecio, delegado general de San Juan Zitlaltepec, Zumpango, en el 2013 la laguna se quedó sin agua pero en esa ocasión fue por cuestiones de saneamiento, y entonces los vecinos aprovecharon para plantear que se hiciera un proyecto ecoturístico, como el que ya se planeaba en el poblado de San Pedro de la Laguna.
Ese proyecto, que contemplaba múltiples comercios y una productiva actividad del paseo en lancha, ganó auge cuando se llenó nuevamente el vaso regulador de la Laguna de Zumpango, con excedentes de las lluvias de las presas Madín, la Presa de Guadalupe y La Concepción, localizadas en Cuautitlán Izcalli, Atizapán y Tepotzotlán, respectivamente.
El proyecto ecoturístico se realizó en la zona de San Pedro de la Laguna en 2017, como explicó el delegado, donde se instalaron unos 200 comercios de venta de alimentos preparados, antojitos mexicanos, dulces y artículos para recreación como papalotes.
Sin embargo, para el 2022 la Laguna de Zumpango comenzó a descender su nivel de agua hasta llegar a cero, las lanchas se quedaron varadas en la orilla de los bordos de la laguna, los comercios registraron ausencia de clientes y desde entonces solo quedaron siete locales, explicó el señor Lauro Vicentino Rodríguez, quien actualmente tiene un criadero de carpas y vende antojitos mexicanos.
Explicó que el descenso del agua de la laguna inició cuando la Conagua puso costaleras con tierra en el área donde estaba un dique, “obstruyendo así el paso del agua al interior de la Laguna, desde entonces no solo falta el agua, sino que también a nosotros nos faltaron clientes”.
Previamente a la obstrucción del agua a la laguna, el 2 de septiembre de 2020, la Conagua comenzó trabajos de trasvase de agua en diversas presas del Estado de México para recuperar la capacidad de almacenamiento de la laguna de Zumpango, y mejorar el entorno ambiental en la región.
En un comunicado de esa fecha se informa que con Víctor Javier Bourguett Ortiz como director general del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México (OCAVM), llevaron a cabo la apertura de las compuertas del Canal Santo Tomás, en compañía del presidente municipal de Zumpango, Miguel Ángel Gamboa, y la presidenta municipal de Teoloyucan, Gabriela Contreras Villegas.
Detalló el funcionario que desde el 29 de agosto de 2020 se concluyeron los trabajos de limpieza del canal y se retiró el dique de entrada hacia la laguna de Zumpango, con lo cual se iniciaría el llenado de este cuerpo de agua, aprovechando los excedentes de las presas ubicadas en el poniente del Valle de México.
Se dijo que, en la temporada de lluvias en ese ciclo, se tenía programado que ingresaran al embalse alrededor de 50 millones de metros, lo que equivale a llenar 50 veces el Estadio Azteca. Sin embargo, más de tres años y medio después eso no ha ocurrido.
La Comisión de Aguas del Estado de México asegura que la Laguna de Zumpango volverá a llenarse el próximo año, una vez que termine el periodo de sequía y se restablezcan las lluvias de manera normal, dijo el asesor técnico de la comisión, Leonardo Amores, quien explicó que fue la sequía la que afectó a ese vaso regulador como les ocurrió a otros dos embalses como la Laguna Xico-Tláhuac.
Para Leonardo Amores las sequías son cíclicas y pasajeras, “pueden durar cinco o seis años, por lo que se espera que para 2025 mejores condiciones climáticas regresen los niveles de las presas, como se encontraban anteriormente”. Añadió que “aún es posible” que se tengan eventos de lluvias y el agua se canalice de forma adecuada, que corra en los ríos y llegue para llenar las presas, como es el caso de la Laguna de Zumpango, para que se recuperen los mantos acuíferos.
Actualmente las lanchas siguen como imágenes fantasmas en la enlodada orilla. A los pocos negocios de comida y bebidas “los fines de semana es cuando llegan algunas personas, específicamente a consumir algo y estar un rato. Luego se van. Ya la laguna no es ningún atractivo”, concluye lacónico Lauro Vicentino, a la espera de algún visitante.
PNMO