La ciudad de Puebla y su zona conurbada se han vestido de calaveritas de azúcar, copal, incienso flores de cempasúchil, papel picado y velas para dar vida y color a los 30 altares monumentales del segundo Corredor Metropolitano de Ofrendas 2022 Camino al Mictlán.
Esta ruta tiene como propósito enaltecer, preservar, promover, difundir y fortalecer las tradiciones del Día de Muertos y Todos Santos, que se celebran el 1 y 2 de noviembre. Otro de los objetivos de este proyecto es contribuir a la reactivación de la economía local, fomentar el turismo y conservar las tradiciones mexicanas. Durante su desarrollo se espera la presencia de poco más de 750 mil visitantes y una derrama económica de mil millones de pesos.
Se trata de altares colocados en espacios universitarios o recintos gubernamentales con el objetivo de que un amplio público conozca esta tradición, que tiene como fin rendirle un homenaje a los seres queridos o familiares que ya perecieron. Esta exhibición, que promueven las secretarías de Cultura y Turismo en la entidad, abarca gran parte del Centro Histórico del municipio de Puebla, así como otras regioneS, entre ellas San Andrés Cholula y Zacatlán.
MILENIO Puebla tuvo la oportunidad de realizar este recorrido; primero visitó la ofrenda que se encuentra en el Módulo de Información Turística del Estado. Ahí se instaló una réplica de los altares que se colocan en el municipio de Huaquechula.
Se trata de una estructura piramidal de cuatro niveles donde se representa al mundo terrenal, el cielo y la cúspide celestial, con la presencia invariable de un crucifijo que preside desde lo alto toda la estructura como remate, todo ello decorado con la tela de satín blanco dispuesta en forma de pliegues que semejan nubes. Está dedicado a Cecilia Alino Bello, una artesana textilera del municipio de Hueyapan y quien en su momento fue declarada Tesoro Viviente del Estado.
Después se visitó la ofrenda que se colocó en Tesoros de la Catedral, elaborada con artesanía poblana y con obras del maestro cartonero Luis Reyes. Se trata de dos catrinas de formato grande que representan a un tlachiquero y a la diosa prehispánica del maguey: Mayáhuel.
Esas figuras custodian el altar, donde también está representada la Fiesta de los Bebedores, una réplica de la que está ubicada en la gran pirámide de Cholula. Esta ofrenda está dedicada a Javier López Marín, quien fue director de acervo cultural. En el mismo recinto se le dedicó una ofrenda al comunicado Javier López Díaz.
Luego se acudió a la Casa de la Cultura. Ahí se colocó un corredor de flores de cempasúchil que representa el camino al Mictlán, el nivel inferior de la tierra de los muertos; y los perros acompañantes, los xoloitzcuintli.
Esta ofrenda está dedicada a Mariano Centurión, autor del cielo raso de la Sala Rodríguez de Alconedo. Él formó parte de una dinastía de artistas que se especializaron en diferentes ramas. Asimismo, se le dedicó a Teresa Morán, una de las primeras artistas poblanas que estudiaron en la Escuela Nacional de Artes Plásticas Academia de San Carlos. La siguiente ofrenda está instalada en la Auditoría Superior del Estado (ASE) de Puebla, la cual está dedicada a 15 mujeres mexicanas destacadas a lo largo de la historia, representadas por catrinas. Grandes heroínas que hicieron y siguen haciendo historia.
Entre las homenajeadas están Josefa Ortiz de Domínguez, María Ignacia Rodríguez de Velasco, mejor conocida como La Güera Rodríguez; Leona Vicario, Gertrudis Bocanegra, Carmen Serdán, Rosa y Mariana Arváez, Amelia Robles, Soraya Jiménez, Sor Juana Inés de la Cruz, Lola Álvarez Bravo, Carmen Mondragón y Enriqueta “Queta” Basilio, entre otras.
En la Comisión de Derechos Humanos del Estado se colocó un altar donde se representó la emblemática torre del Rollo de Tepeaca y su reloj, el primero público que se instaló en Latinoamérica. De igual forma, se quiso representar el camino hacia el Mictlán. El recorrido continuó con la ofrenda que se exhibe en el Museo Bello, dedicada a José Luis Bello y González y a su hijo José Mariano Bello y Acedo, quienes donaron la casa y los objetos que en ella están en exposición.
En este sitio se colocó una ofrenda con todos los elementos básicos de este sincretismo prehispánico y católico que se dio después de la conquista, desde la cruz de sal, el agua bendita, los molletes, las cañas, el agua para beber, entre otros.
A Mariana Ignacia Villegas está dedicada la ofrenda que se instaló en Casa de Alfeñique, edificio que fue construido por su marido, Juan Ignacio Morales. Mientras que a los hermanos Carmen, Natalia, Aquiles y Máximo Serdán, es la ofrenda que se puede visitar en el Museo Regional de la Revolución Mexicana-Puebla.
En la Angelópolis podrá visitar de manera gratuita 18 ofrendas colocadas en diferentes puntos del Centro Histórico. Estas estarán abiertas al público hasta el 6 de noviembre en un horario de 10 a 20 horas y de 10 a 22 horas los sábados y domingos. Entre las sedes del corredor se encuentran el Museo Universitario Casa de los Muñecos, Museo Urbano Interactivo (MUI), Tercer Patio del Edificio Carolino, Museo Casa del Mendrugo, Palacio de Justicia, Casa de la Cultura Pedro Ángel Palou Pérez, entre otros.
AFM