Araceli Juárez Martínez ha dedicado gran parte de su vida a ser grabadora gráfica, un oficio que tiene en José Guadalupe Posadas un referente muy importante de México que se mantiene más vivo que nunca, aunque la mayoría desconoce de qué se trata, en qué consiste y cuáles son sus alcances e importancia para el arte mexicano.
La artista poblana ha tenido la oportunidad de llevar sus grabados a galerías y exposiciones de México, Estados Unidos e Italia. Actualmente exhibe "Presencias Lumínicas" en el Museo Taller Erasto Cortés, donde comparte varios de los monotipos que ha trabajado en los últimos seis años.
Ella compartió a MILENIO Puebla que el monotipo es una técnica con la cual se siente cómoda porque le permite jugar, experimentar e inventar.
“Me gusta mucho esta técnica porque es muy instantáneo, es decir, trabajas y ese mismo día imprimes y puedes jugar mucho, puedes experimentar, por eso me gusta. Hay veces en las que hago tres o cinco monotipos y no me sale nada, pero hay ocasiones en las que hago tres y ya es toda una selección la que voy dejando”.
Mencionó que trabajar un monotipo le puede llevar una hora y media, pero eso no significa que ya estén terminados, ya que suele guardarlos para observarlos más adelante y, de ser necesario, volverlos a elaborar si considera que les faltó “una parte obscura o textura”.
“Nunca tengo la idea de qué voy a hacer, yo no trabajo con boceto, siempre llego y trabajo sobre la placa y las formas, las manchas me van diciendo qué me gusta, es como un enamoramiento, si te va gustando sigues, pero me ha pasado que estoy a punto de acabar la placa y digo: 'Esto no va'. Y lo borro, borro todo y vuelvo a empezar”.
Araceli afirmó que un sello característico en sus grabados es que los elabora “con todo su ser” y “desde todo su corazón”, sin que esté presionada porque alguien le diga cómo o de qué manera prepararlos.
“Mi trabajo es muy honesto porque yo no trabajo para nadie, tampoco trabajo por encargo y yo soy la que dice si va o no, es un proceso largo en donde si me gusta, si estoy conforme, si estoy satisfecha con el trabajo, lo hago”.
En su experiencia, consideró que el grabado es una técnica artística que no está en peligro de extinción porque surgen nuevas generaciones de grabadores; además, se siente orgullosa de su trabajo aunque su profesión es desconocida para la mayoría de la gente e incluso le cuestionan si eso le permite ganar dinero.
“Yo no creo que se vaya a perder esta técnica porque hay una tradición muy importante y hay mucha gente interesada en que se siga haciendo grabado”.
Juárez Martínez recordó que cuando era niña soñaba con volverse una persona famosa a través del arte; sin embargo, hoy día esos pensamientos han quedado atrás para enfocar sus esfuerzos en otras cosas que también son parte de su día a día: los proyectos sociales con niños en situación de vulnerabilidad.
“Cuando era niña quería ser famosa y siempre me gustó el arte, me gustaba dibujar, me gustaba pintar, y me la pasaba modelando con plastilina, pero ahora pienso: ¿Qué le diría a esta niña? Que no es importante ser famosa, más bien ahora estoy haciendo proyectos sociales y estoy trabajando con niños en situación de vulnerabilidad, niños migrantes y de casa hogar. Me interesa seguir haciendo grabado porque me gusta, pero también me interesa la parte de enseñar, de trabajar el arte, la educación artística con los niños porque es muy importante, me interesa que sea integral porque a veces no se considera importante”.
CHM