Aumentan menores con adicción a dispositivos electrónicos en Puebla

Ante la pandemia, han aumentado los problemas de ansiedad y depresión en los jóvenes.

Maricarmen Pacheco Pérez, psicóloga | Jesús Zavala
Jesús Zavala
Puebla /

Tras la reclusión social, crisis económica, clases a distancia y los diversos cambios que se han dado en el entorno familiar, los niños y jóvenes poblanos, han sido uno de los sectores sociales más afectados por los cambios bruscos que han existido en su vida cotidiana, hecho que ha desencadenado problemas de ansiedad, depresión e incluso la adicción a dispositivos electrónicos.

Según lo refiere la psicóloga del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado de Puebla (ISSSTEP), Maricarmen Pacheco Pérez, a lo largo de la pandemia por la Covid-19 han incrementado el número de jóvenes que arriban a su consultorio para ser atendidos por problemas de ansiedad y depresión, ello como resultado del encierro y miedo generado por la situación sanitaria.

Además de estos factores, el hecho de que los jóvenes sean receptores continuos de su entorno ha originado que los problemas de su hogar se conviertan en un obstáculo para su desarrollo social, sentimental y formativo. Los conflictos que ha originado la crisis económica, los cambios de rutina e incluso el encierro, han provocado que los menores asistan con mayor frecuencia presentando alertas psicológicas.

Por si fuera poco, la falta de acercamiento paternal hacia los menores y el exceso de tiempo que pasan en contacto con dispositivos electrónicos inteligentes, ha provocado una dependencia hacia los mismos, hecho que a decir de la especialista en psicología, es un factor que debería encender las alertas de los padres y tutores, puesto que esto se podría convertir en una adicción.

Como parte de los alertamientos en que se puede notar que un joven presenta problemas de este tipo, se encuentran los cambios abruptos de humor, mordidas en uñas y aislamiento, entre otros. Por otro lado, las maneras de contrarrestar dichos males son el acompañamiento familiar, supervisión sin presión hacia el menor, charlas constantes y cordialidad en los correctivos aplicados hacia los menores.

Durante un sondeo realizado por MILENIO Puebla, padres de familia refirieron que luego del regreso a clases, los menores se observan más relajados en el aspecto social, no obstante las dificultades en el aprendizaje son una preocupación constante en los estudiantes, puesto que los libros de apoyo y clases en línea suelen ser poco eficientes ante los temas más importantes de su educación..

Sin embargo, refieren que la dispersión social, salir de casa y la convivencia con personas fuera de su entorno familiar ha provocado a los jóvenes un sentimiento de normalidad que catalogan como necesario, hecho que les ha ayudado a tener una mejor relación en su núcleo familiar.

AFM

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