En Puebla, la pandemia eclipsa al equinoccio para "cargarse de energía"

Edición Fin de Semana

Siete sitios ceremoniales donde la gente acudía para recibir la primavera por el equinoccio se encuentran cerrados debido a la pandemia.

Visitar los centros ceremoniales forman parte de las actividades para recibir la primavera, sin embargo, la pandemia marcó una pausa. (Andrés Lobato)
Equinoccio de primavera en Puebla. (Andrés Lobato)
Rafael González
Puebla /

El 20 de marzo, cerca de las 15 horas, ocurrirá el fenómeno astronómico denominado equinoccio de primavera, que este año durará hasta el 20 de junio a las 21 horas cuando ocurra el solsticio de verano.

Hasta antes de la contingencia sanitaria, el equinoccio de primavera cobraba especial interés entre miles de personas que buscan recargarse de energía positiva y rendir un tributo al Sol, al acudir a centros arqueológicos y ceremoniales para participar en ritos y ofrendas.

Este año esta situación se verá interrumpida por las disposiciones establecidas por las autoridades de Salud para evitar el contagio del virus SARS-CoV-2.

En el equinoccio de primavera, las personas acuden a zonas arqueológicas. (Andrés Lobato)

Origen de la celebración

El origen de esta celebración, que tiene que ver con el inicio del ciclo de la fertilidad, era de los periodos más importantes para los antiguos habitantes del país. La palabra equinoccio proviene de las palabras latinas aequus (igual) y nox (noche), “noche igual”; y es el momento en que los días tienen una duración igual a la de las noches en todos los lugares de la Tierra (excepto en los polos).

En el hemisferio norte ocurre cuando el sol cruza la línea imaginaria del Ecuador, en dirección norte en el cielo, posición que sucede sólo dos veces al año: en marzo, entre el 19 y 20; y en septiembre, entre el 21 y 24.

En Puebla, las personas se vuelcan a zonas arqueológicas y espacios con un significado sagrado, según las antiguas culturas. Para lograr la purificación y cargarse de energía, se visten de blanco.

Los sitios a donde acudían para recibir el equinoccio son: las pirámides de Cholula, Cantona, Yohualichan y Tepatlaxco; así como el centro ceremonial La Xochipila, en Xicotepec de Juárez; el Valle de Piedras Encimadas, en Zacatlán; y el Cerro de San Miguel, en Atlixco.

La Xochipila, o Piedra Sagrada, es un monolito de más de 13.5 toneladas de peso y de unos 5 metros de altura. Ahí se conmemora a san Juan Techachalco o la advocación de Quetzalcóatl, y también se relaciona con el comienzo del solsticio de verano, aunque la gente acude para celebrar el equinoccio de primavera. Se maneja que La Xochipila es el ombligo del mundo y está en dos ejes, abajo está Machu Picchu.

A 25 kilómetros de Zacatlán se encuentra el Valle de Piedras Encimadas, rocas que forman figuras espectaculares, de entre 10 y 20 metros de altura, además rodeadas de pinos. Ahí, bajo el argumento de mostrar otro atractivo de la región a los turistas, desde hace pocos años se empezó a celebrar el equinoccio.

En el cerro de San Miguel, ubicado en la cabecera del municipio de Atlixco, las etnias de la región acordaron desde hace poco más de una década reunirse para celebrar el equinoccio, en una ceremonia que se efectúa en la llamada “Plazuela de la Danza”, el punto más alto de la ciudad. Ahí presentan cantos y danzas prehispánicas, así como la ceremonia a la luna.

Visita a centros ceremoniales en equinoccio de primavera. (Andrés Lobato)

Repercusiones del sol primaveral

Ante los altos índices de radiación ultravioleta que se registran actualmente en la entidad, es recomendable el uso de bloqueador solar todos los días y no solo durante los meses más cálidos del año, ya que el exceso de exposición a los rayos UV ocasiona daños en la piel, señaló la doctora María Eugenia Hernández Domínguez, dermatóloga del Issstep.

Ante la visita a los centros ceremoniales y arqueológicos para “recargarse de energía” por el equinoccio de primavera, la especialista lanzó una serie de advertencias y recomendaciones para el cuidado de la piel.

“La piel debe de cuidarse todos los días y contra todo el medio ambiente, no solo contra el sol. En la actualidad la radiación solar y la contaminación nos afecta en la piel, por eso debe de cuidarse con jabón suave (…) no debemos usar jabones que la dejen súper limpia; usar una crema adecuada para cada tipo de piel, para niños, para adultos y bloqueador solar”.

También detalló que es importante fomentar una buena hidratación y la mejor manera es beber mínimo dos litros de agua al día; y una alimentación sana en la que se combine el consumo de fruta fresca y verduras todos los días.

Añadió que actualmente existe un suplemento derivado de algas marinas que sirven igual como un protector solar oral, “o los antioxidantes, que también son orales y se pueden tomar para cuidar la piel de todo el daño del medio ambiente”.

Indicó que también hay pantallas solares, que son sustancias minerales, como dióxido de titano o dióxido de zinc, que no permiten la absorción de la radiación solar a la piel.

Detalló que de igual forma también hay una gran cantidad de bloqueadores solares, sin embargo, advirtió que los bloqueadores comerciales tienden a ser muy grasosos lo que puede provocar brotes de acné o irritación cutánea.

Mencionó que lo más recomendable es acudir a consulta con un dermatólogo para definir el mejor protector para la piel según la actividad a realizarse y de acuerdo con el tipo de piel.

Por otra parte, refirió que si uno se va a exponer al sol debe de reaplicar bloqueador solar cada tres o cuatro horas, “dependiendo de si suda mucho o se mete al agua”.

Dio a conocer que había dos clasificaciones respecto a la capacidad de protección de los bloqueadores, una americana y otra europea, pero determinaron unirlas y dejar una sola medida para estandarizarlos.

Visita a centros ceremoniales en equinoccio de primavera. (Andrés Lobato)

Temazcal, herencia prehispánica

Una de las herencias prehispánicas es el temazcal, conocido por sus beneficios curativos y el misticismo a través de un baño de vapor y purificación del vientre de la madre tierra, el cual se conserva en nuestra ciudad por la difusión que realiza el propietario del Temazcal Coatlicue, Leonardo Herrera Mejía. Algunas personas acostumbran celebrar el equinoccio de primavera tomando un baño-ritual en un temazcal.

“Funcionan con un principio que es el hecho de que representan el vientre materno. Al entrar a un temazcal es como si nosotros volviéramos al vientre de nuestra madre, en este caso de nuestra madre tierra”.

Leonardo Herrera aclara que el espacio del baño es construido de diversos materiales, pero se busca que sea de material natural, como piedras, barro, adobe, carrizo, bambú u hojas de sauce, “actualmente están hechos de cemento y ladrillo”.

Detalla que en ese espacio existe un hueco en el centro, “que llamamos ombligo. En este lugar es donde se ponen unas piedras calentadas con leña al rojo vivo, a las cuales les colocamos agua preparada con plantas medicinales para que con el vaporcito nos ayude a sanar”.

Entre los beneficios que se obtienen con estos baños se encuentra la regulación del sistema circulatorio y respiratorio o del tráfico digestivo: “Se nos abren los poros y permiten que desechemos toxinas. A las mujeres les permite regular sus periodos menstruales”.

Refiere que otro principio del temazcal es ser una herramienta espiritual que permite sanar “cosas que nosotros traemos o hemos heredado de nuestros papás, de nuestros abuelos”.

Narra que un temazcal cuenta con cuatro puertas que representan los puntos cardinales y los diferentes momentos de nuestra vida.

“El oriente representa la infancia, el amanecer, el inicio, la primavera; el sur, es el rumbo de la mujer, de la juventud, el mediodía, el verano; el poniente, la época de la madurez, el atardecer, el otoño; el norte, es el lugar de los ancestros, del descanso, de la noche”.

Expresa que esos sitios carecen de iluminación, “porque si cerramos los ojos podemos ver más hacia nuestro interior (…) y si nos visitan espíritus en la oscuridad los podemos ver con claridad”.

Menciona que la penumbra permite trabajar con “nuestros miedos (…) a la ansiedad que sentimos cuando estamos en situaciones que están fuera de nuestro control”.

Respecto a su diámetro, informa que se carece de una medida estándar y que más bien su tamaño atiende a las necesidades del sitio: “Hay familiares, de un metro o metro y medio para una persona nada más; hasta temazcales donde entran 60 a 70 personas”. El costo por una sesión varia, puede ir desde los 100 hasta los 3 mil pesos.

Aunque son más los beneficios por su uso, reconoce que limitan el ingreso de aquellos que tienen problemas cardiacos o sufren de la presión arterial. Indica que en la antigüedad la gente ingresaba desnudo a los temazcales, pero actualmente les piden que sea con ropa de color blanca o roja. El tiempo de permanencia variara de acuerdo a los rituales que se sigan, porque hay algunos que sus ceremonias duran de tres a cuatro horas con descansos, aunque todos permanecen adentro. “En los temazcales de piedra suelen ser más breves, porque no hay mucha oxigenación y la gente se empieza a marear”.

Aclara que hay un ritual para ingresar y otro para salir

“Cuando entramos al temazcal, la puerta es pequeña, entonces nos ponemos de rodillas e inclinamos la cabeza en señal de respeto y decimos, ‘por todas mis relaciones que son sagradas, permiso para entrar’; y al salir, igualmente agachamos la cabeza y pedimos permiso para salir, porque la salida del temazcal representa nuestro regreso a la vida, es un renacimiento, entonces inclinamos la cabeza ante algo tan grande, que es la vida y seguimos a seguir con nuestra vida”.
El temazcal cuenta con grandes propiedades de sanación. (Andrés Lobato)

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