Cientos de poblanos se dieron cita este 1 de noviembre en el panteón municipal, como parte de la temporada de “Todos Santos”, colocaron flor de cempasúchil y las flores preferidas de sus seres queridos, veladoras, hicieron oración y permanecieron un rato con ellos para convivir y recordar algunas memorias.
Lizbeth Villavicencio acudió con su familia a visitar la tumba donde descansa su abuela, Ana María Romero, destacó que le colocan flores de cempasúchil y decoran el lugar donde descansa, y además, ponen flores en las tumbas que rodean a la de su abuela, ya que, en vida, ella lo pidió.
“Ella no enseñó que no solo teníamos que decorar su tuba cuando ella muriera, también compartir la flor de cempasúchil con las tumbas que hay a su alrededor y ahora venimos aquí este año y hacemos lo que ella nos enseñó”, comentó.
Agregó que por la pandemia hace un año no pudo visitar a su abuela, pero este con ayuda de sus familiares adornó la tumba de su abuela y las que se encontraban junto, siguiendo la enseñanza de su abuela; expresó que esta práctica la enseña ahora a sus hijos.
Mencionó que es importante que las familias difundan la tradición de ir al panteón a visitar a sus muertos, ya que es el sitio donde descansan sus seres queridos, explicó que no hacerlo es como olvidar a los que en vida cuidaron de nosotros.
Compartió que su abuela Ana María, en vida, era cariñosa y compartida, les enseñó a dar y una de las cosas que más extraña de ella es su comida, principalmente su arroz con leche, el mole. Recordó que año con año colocaban una gran ofrenda y los nietos se formaban para que la abuela repartiera dulces y fruta.
Añadió, que esta temporada es muy especial, pues, le recuerda que aunque su abuela ya no está físicamente, sus tradiciones y sus enseñanzas siguen con ella y su familia y a su vez ellos lo difunden a las nuevas generaciones.
Comentó que en casa le colocaron también una ofrenda, que llenaron con unas cajitas de leche, hojaldras y fruta, que era lo que a su abuela más gustaba en vida y así la recuerdan.
En un recorrido por el campo santo observamos a los poblanos cargar ramos de flores, cubetas y palas; para limpiar la tumba de sus familiares, la mayoría iba en familia y algunos les explicaban a las nuevas generaciones qué hacían, o les presentaban a algún familiar, ya que por la pandemia muchos dejaron de visitar a su ser querido.
CHM