Reportan falta de infraestructura para débiles visuales en Puebla

En un recorrido de MULTIMEDIOS Puebla, se dio a conocer la inexistencia de señalética, o en su caso, la falta de mantenimiento.

Sin infraestructura para débiles visuales en Puebla | David Meléndez
David Meléndez
Puebla /

Las calles del Centro Histórico se han convertido en un riesgo para las personas invidentes ante la falta de infraestructura que les permita tener orientación al momento de caminar, hecho por el cual demandaron a las autoridades mayor inversión para la generación de espacios que considere sus necesidades.

Multimedios Puebla realizó un recorrido por el primer cuadro de la ciudad, y constató que hay calles en donde no existen las líneas de guías para personas ciegas, mientras que en aquellas donde sí hay, no están buenas condiciones.

Esto debido a que en muchos carriles de bastones para ciegos, hay partes que ya se encuentran rotas y se corta la continuidad de los mismos y por ende se afecta la seguridad de quienes los utilizan.

De igual manera se pudo apreciar que las placas que fueron colocadas en los muros para indicar el nombre de la calle en idioma braille se encuentran desgastadas, lo que impide a sus usuarios poder hacer un buen uso.

Uno de los puntos de alarma, es que en calles como la 4 Poniente a la altura de la 3 Sur, las líneas de guía para personas invidentes se encuentran obstaculizadas por tapas de registros de agua o de electricidad, por lo que se impide un tránsito seguro para quienes las usan.

Demandan mejora de calles

Al respecto, Guillermo Núñez, un poblano con discapacidad visual, cuestionó el actuar de las autoridades para generar espacios seguros para las personas que tienen este tipo de padecimiento.

Reconoció que las calles del Centro Histórico son un riesgo ya que el mismo ha sido víctima de ello al tener caídas por las malas condiciones en las que se encuentran.

De igual manera, Daniel, que ante la discapacidad que padece y las nulas oportunidades laborales, pide limosna para subsistir y recorre a diario las calles del primer cuadro de la ciudad, a pesar de que gran parte de ellas no están adaptadas para facilitar su movilidad.

“Me enseñaron a desarrollar más mis otros sentidos, el tacto, el olfato, el oído y el sentido de la orientación, entonces el cerebro trabaja y vas a caminar; tengo mi bastón de rastreo por las líneas de la banqueta”, dijo.


CHM

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